En 2004, el diario inglés The Observer calificó como el primero de “los 50 espectáculos deportivos que hay que ver antes de morir” al Boca-River en la Bombonera, pero aseguraba que sólo costaba “un par de libras”. Boca se aprovechó de tal formidable propaganda y ofrece un servicio para turistas que quieran ver el superclásico... pero lo cobra 400 dólares (1552 pesos al cambio actual), 50 veces más que lo que cuesta una entrada popular. El servicio incluye traslado desde el hotel, una platea media (en el sector C, el codo que da espaldas al Riachuelo) y una visita previa al Museo de la Pasión Xeneixe, en la misma Bombonera. Por el mismo servicio pero en otros partidos menos codiciados, los turistas pagan 150 o 200 dólares, según el adversario de la fecha. Por 400 dólares, los turistas lo tienen todo previsto: los pasan a buscar a las 11 por el hotel, a las 12.30 visitan el Museo, a las 13.30 se sientan en la platea, a las 15 comienza el encuentro y a las 18 los regresan al alojamiento. El programa no incluye choripán ni encuentros con la barra brava...