El ex presidente de Vélez Raúl Gámez y la dirigente de la ONG Salvemos al Fútbol Mónica Nizzardo responsabilizaron ayer al titular de AFA, Julio Grondona, por la presencia de barras bravas en los alrededores del seleccionado argentino de fútbol.

“Grondona está enquistado en el poder y busca mantenerse. No hay manera de moverlo porque tiene de rodillas a todos. No le interesa el problema de los barras, que están en todos los clubes. El estatuto de la AFA está hecho para él, es un sistema mafioso”, disparó Gámez en declaraciones a Radio La Red.

El dirigente de Vélez también fue barrabrava en otra etapa de su vida y afirmó que quien “dice que el problema está solucionado en su institución, miente”. “Los dirigentes han dicho que no les dan nada a estos grupos, pero si no lo hacen ellos, lo hace un compañero de la Comisión Directiva. Este tema no se soluciona porque a Grondona no le preocupa mucho”, insistió Gámez.

Por su parte, Nizzardo denunció: “Los cuatro que ingresaron a la concentración de la Selección Argentina en Pretoria llegaron a Sudáfrica por la relación que tienen con Grondona, Maradona y Bilardo, ya que son barras de Boca y de Estudiantes; son personas que han estado prófugas por muertes”. En rigor, los barras no ingresaron a la concentración, sino que tuvieron una conversación afuera del predio de la Universidad de Pretoria con el jefe de seguridad de la delegación, Pablo Fernández Toucido.

“Grondona no puede despegarse fácilmente de esto. ¿Quién armó el paquete para que estos barras viajen en el mismo avión que los futbolistas?”, inquirió Nizzardo y exigió que la Inspección General de Justicia intervenga en esta cuestión, “porque es el organismo que debe controlar a la AFA y comprobar si esta entidad violó la Ley del Deporte, ya sea mediante Grondona o sus allegados, como el técnico o el director de selecciones”.