“Desde que asumí el comando de la selección, ya se sabía que me quedaría sólo por cuatro años”, declaró el técnico brasileño, Dunga, quien anunció ayer que no continuará a cargo de su selección. “Todo lo que habíamos programado fue efectuado y como comandante creo que la culpa es de todos, pero yo llevo la mayor parte”, reconoció.

Carlos Caetano Bledorn Verri, conocido como Dunga, asumió en julio de 2006, en lugar de Carlos Parreira, luego del fracaso de Brasil en el Mundial de Alemania. Cuestionado por la prensa por no tener experiencia previa como DT, Dunga dejó en claro desde un primer momento que quería un combinado donde la figura fuera “el equipo”. Dentro de esa órbita, cambió las figuras de Ronaldinho y Adriano por jugadores como Elano, quien milita en el Galatasaray; Grafite, de Wolfsburgo, y Nilmar, de Villarreal.

“Estamos todos extremadamente tristes, esto no es lo que esperábamos. Por desgracia no pudimos alcanzar nuestro objetivo”, expresó Dunga, quien atravesó las Eliminatorias para el Mundial con nueve victorias, siete empates y dos derrotas. En ese camino, su equipo alternó buenas y malas. En la sexta fecha, tras empatar de local 0-0 con Argentina, los hinchas lo despidieron con insultos. No obstante, a siete fechas del final, le ganó a Perú, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile y se clasificó primero.

Tras haberse coronado con Brasil en la Copa América de 2007 y la Confederaciones de 2009, Dunga no tuvo la misma suerte en el Mundial y no dudó en responsabilizar al arbitraje: “En el intervalo comentamos que el árbitro estaba presionado por los jugadores holandeses y que debíamos tener mucho cuidado, pero la presión fue mucha”.

Lejos de culpabilizar a Felipe Melo, el entrenador aclaró que “sería injusto hablar solamente de él. No es la primera vez que un jugador resulta expulsado”, aunque reconoció que “jugar con uno menos en un partido de Copa del Mundo siempre complica”. “Estoy orgulloso de haber estado al frente de este grupo, que afrontó sus compromisos con entrega y dignidad”, sentenció Dunga, quien trató de desterrar el jogo bonito carioca, de toques y gambetas, e imponer el estilo gaúcho, donde prevalecen el juego brusco, la táctica, la solidez defensiva y el contragolpe.