–¿Qué espera de este torneo?

–Por ahora es muy positivo. Tuvimos la suerte de contar con muy buenas condiciones climáticas y además hubo una asistencia de público record el domingo. Ni siquiera la baja de David Ferrer redujo la demanda de entradas. Eso indica que el certamen genera un gran interés. Nuestro desafío es poder colaborar para que sea lo más agradable y cómodo posible.

–¿Cuáles son las motivaciones que tienen los tenistas extranjeros para venir a jugar a Buenos Aires?

–Este torneo seduce más allá de la parte económica, porque viene bien en el armado del calendario. Stanislas Wawrinka tenía pensado jugar en Acapulco y le caímos en el momento justo, cuando todavía no sabía si se quedaba en Europa, si iba a Estados Unidos o si venía acá. Este es el mejor Abierto de Sudamérica y la mejor manera de hacerle publicidad es tratando bien a los jugadores. La ciudad también suma, porque se sienten muy cómodos. Además, la presencia de Carlos Moyá durante tanto tiempo nos dio crédito.

–Teniendo en cuenta que Wawrinka tiene un ranking que le permitiría jugar otro tipo de torneos, ¿le sorprende que haya venido a disputar un ATP 250?

–Es un jugador que puede desempeñarse en polvo de ladrillo y que ha tenido grandes resultados en la superficie. Más que “sorprendido”, me siento honrado. Creo que le hace muy bien al tenis mundial que los deportistas como él vayan pasando por diversos países.

–Los hinchas argentinos son más pasionales que los del resto del mundo. ¿Eso genera incomodidad en los jugadores extranjeros o representa una motivación extra?

–La realidad muestra que la mayoría vuelve. Lo que más destacan es que acá se respira tenis desde el primer día, porque muchas veces juegan otros torneos donde hay muy poco público. Hace algunos días leí que Wawrinka quería comprobar esta cosa tan caliente que se vive en este ATP.

–Hace tres años que los tenistas locales no se coronan acá. ¿Piensa que en esta oportunidad se romperá esa racha negativa?

–Ojalá que sí. Yo siempre quiero que ganen los argentinos y más aún Nalbandian. Es hermoso darle el trofeo a un compatriota, algo que me ha pasado en varias oportunidades y que siempre disfruté mucho.

–Nalbandian tendrá un oponente difícil en la primera ronda. Le toca medirse con el italiano Potito Starace.

–Obviamente que había rivales menos duros en la primera ronda, pero David ganó las dos veces que jugó contra él en Buenos Aires. Yo lo escuché muy bien y creo que va a pasar.

–¿Esta será la última vez que el certamen se juegue sobre polvo de ladrillo?

–No se sabe. Nuestra idea es poder pasar a canchas rápidas. En los últimos años, el circuito se modificó a la medida de ese tipo de superficies. Los jugadores sólo juegan torneos en polvo de ladrillo cuando se preparan para Roland Garros. En cambio, en esta época del año, se están preparando para Indian Wells y Miami. Si cambiamos, vamos a poder ver otro tipo de tenistas. Además, el cemento de ahora ya no es el cubo que era cuando yo jugaba. Incluso hay canchas rápidas que son más lentas que las de polvo.

–¿El cambio acompañaría el buen rendimiento de Nalbandian y Juan Martín Del Potro en ese tipo de canchas?

–No, el surgimiento de ellos no nos hace querer cambiar. Yo creo que toda la Legión está capacitada, porque todos tienen un tenis moderno y completo. Me hubiese encantado que esta semana pudiéramos ver a Del Potro, pero él decidió afrontar la gira de canchas duras y hay que respetarlo.

Entrevista: Andrés Pappagallo.