Fue un bellísimo partido que no estuvo exento de polémica, como se debe, tanto dentro del campo como fuera de él. Porque cuando, tras la eliminación de su equipo, el veterano entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, se quejó de la actuación del árbitro suizo Massimo Busacca, asegurando que había “matado el partido” con sus decisiones, su colega del Barcelona, Josep Guardiola, lo refutó apelando a “la única realidad, no dieron tres pases seguidos”.

Cuando se saludaron tras el pitazo final, Wenger le dijo al catalán: “Ahora puedes ir a felicitar al árbitro”, molesto. “Hemos vuelto a jugar muy, pero muy bien al fútbol”, se relamió Guardiola. “Wenger no puede quejarse: su equipo no pateó al arco ni una sola vez Y eso que cuentan con jugadores de clase como Van Persie, Nasri, Rosicky...”

La queja del francés se refería a la expulsión de Robin Van Persie, que dejó al Arsenal con diez hombres. “Francamente, en un partido de esta importancia, es increíble. Oyes el ruido que hay detrás, es la pena de la noche, para mí y también para todos aquellos a los que les gusta el fútbol”, dijo. “Todo el mundo está sorprendido por lo que pasó. Si es una patada lo entiendo, pero no hace nada”, en relación a la segunda amarilla que recibió el holandés por patear la pelota a la tribuna después del pitazo del árbitro.

Wenger dijo estar convencido de que, sin la expulsión, Arsenal podría haberse clasificado. “El Barça es un equipo muy bueno y podía haber ganado en un partido normal, pero no hemos tenido la oportunidad de jugar un partido normal. Dominó totalmente en la primera parte, pero en la segunda parte había más espacios.”

El entrenador del Barça también destacó el partido de Mascherano –”un jugador hecho que conoce este oficio, que sabe de qué va este invento”–, el golazo de Messi para abrir el marcador, y a Andrés Iniesta: “A Andrés lo extrañamos mucho en las semifinales del año pasado. Este año está muy fuerte, porque para nosotros es un jugador muy importante en el equilibrio por dentro”, explicó.