La nota triste de la jornada y del torneo se dio en el primer juego de la segunda fase. Con menos de un minuto por disputar, República Dominicana vencía con comodidad a Panamá cuando su base suplente, Edgar Sosa, intentó una penetración y sufrió una fea caída que le produjo una fractura expuesta de tibia y peroné en su pierna derecha, la que le demandará seis meses de recuperación. Si bien no había mucho público en el mediodía marplatense, los gritos de dolor del jugador contrastaban con el silencio sepulcral que se sentía en el estadio. Mientras Sosa era atendido, algunos de sus compañeros, como Jack Michael Martínez o Charlie Villanueva, lloraban desconsolados. Luego de que el base fuera trasladado al Hospital de la Comunidad (anoche fue operado con éxito), los árbitros intentaron proseguir el juego, pero ya no había ánimo: los jugadores panameños decidieron no atacar y se quedaron con el balón sin disputarlo en los últimos 37 segundos, ante el aplauso respetuoso del público. No bien los jueces dieron por finalizado el partido, los dos planteles se juntaron en la mitad de la cancha y se quedaron varios segundos rezando por el colega lesionado. El jefe de equipo de Dominicana, Leo López, fue muy claro: “Los jugadores están destrozados. Es una baja sensible para nuestro equipo”.