El debut de Los Pumas en el torneo Cuatro Naciones (el Rugby Championship) era la meta soñada hasta ayer. Esquiva por años, demandó mucho lobby, un acuerdo con la Sanzar (la Unión que agrupa a Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica) firmado en noviembre de 2011 por cuatro temporadas y una mano de la IRB (la International Rugby Board). Agustín Pichot fue la cara visible en la Argentina de ese esfuerzo por competir seguido con los mejores del mundo. Hasta ahí, todo en su sitio. Incluido el negocio. Que a menudo se lo intenta separar del juego en un deporte como éste, con un nicho atractivo de público ABC1. Un complejo heredado del amateurismo marrón.

A la UAR le ingresarían en 2012 unos 90 millones de pesos, 20 millones de dólares al cambio oficial. Sponsors (Nike debutó con el 27-6 en contra en Ciudad del Cabo), entradas y otros ingresos redondean la cifra. Además de cierta colaboración estatal. El gobierno bonaerense refaccionó el estadio Unico de La Plata con la construcción de palcos VIP y pantallas cubo en las plateas, entre otras obras. Allí recibirán Los Pumas a los All Blacks el 29 de septiembre.

El marketing también hizo su parte con un comercial estilo Troya o Corazón Valiente, dos superproducciones de Hollywood; y la expectativa se acumuló frente a los plasmas hasta la hora señalada. Con un dato colorido. Había un Kirchner (Zane, el fullback de los Springboks) en el DHL Newlands Stadium, pero adentro de la cancha. Nos marcó el primer try. El mismo que cuando vino a la Argentina con un seleccionado sudafricano en 2006 escuchó que le repetían varias veces la misma pregunta: “¿Tenés algo que ver con el presidente?”.

Argentina perdió –estaba en los cálculos–, aunque pudo reducir la diferencia con tres penales factibles que desperdició. Tuvo un punto alto en el line y en su proverbial garra a la hora de defender. Pero no le alcanzó ante semejantes moles vestidos de verde y su aprovechamiento integral de los errores ajenos. Además, cometió muchas infracciones o fallas no forzadas que terminaron en puntos en contra.

A pesar de todo, podría decirse que la base está. Pero está más afuera que adentro de la cancha. Los especialistas señalan a esta etapa como de aprendizaje, de roce continuo con las potencias. En el sitio oficial de los Springboks se lamentaron de la “oportunidad perdida”, acaso porque no consiguieron el punto bonus. Aquí se elogió haberlo evitado. Sudáfrica está lejos; Australia y Nueva Zelanda también.

No hay que ser contradictorios: lo que importa ahora es competir. Se logró ingresar a un torneo oficial, aunque se parece a un Mundial que Los Pumas jugarán todos los años. Está bueno y también tiene sus riesgos.

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