Más allá del resultado de ayer, para los hinchas de Boca decir Carlos Bianchi es sinónimo de Copa Libertadores. Es que el DT más ganador de la historia del club, que arrancó oficialmente el último sábado su cuarto ciclo al frente del equipo xeneize, es también el técnico que más veces ganó el certamen continental. Lo hizo por primera vez en 1994, cuando dirigía a un Vélez que sorprendió a todos y que venció en la final por penales nada menos que al San Pablo (1-0 en Liniers y 0-1 en el Morumbí), y luego continuó su marcha triunfal en Boca, donde obtuvo otras tres Copas Libertadores: en 2000, ganándole la final en los penales a Palmeiras (2-2 en la Bombonera y 0-0 en el Morumbí); en 2001, le ganó la final al Cruz Azul de México, también por penales (1-0 en el estadio Azteca y 0-1 en la Bombonera); y, por última vez, en 2003, cuando venció en la final a Santos (2-0 en la Bombonera y 3-1 en el Morumbí).

Otras dos veces el Virrey disputó la Copa, pero no pudo festejar. En 1995, con Vélez, cayó en cuartos de final frente a River, por penales; y en 2004, con Boca, perdió también por penales la final ante el Once Caldas.

Pero más allá de que a Bianchi lo obsesione la Copa, hay muchos factores que este año complican el objetivo. La proximidad del Mundial de Brasil 2014 ha provocado que los clubes brasileños participantes apuesten fuerte en la Copa, con equipos jerarquizados. San Pablo contará con figuras como Lúcio, Ganso, Luis Fabiano y el arquero Zeni; Atlético Mineiro contará con el ahora veterano Ronaldinho y con Gilberto Silva; Corianthians, flamante campeón del último Mundial de Clubes, contará con Alexander Pato y el peruano Paolo Guerrero; Fluminense con Fred y Deco; y Gremio con el argentino Barcos, que llegó proveniente del Palmeiras.

Y más allá de la oposición que le puedan hacer a Boca los equipos brasileños, entre los argentinos se destacan por juego y solvencia Vélez y Newell’s; los otros son Arsenal y Tigre, que ingresó al certamen tras imponerse en la llave preliminar ante el Deportivo Anzoátegui de Venezuela y, tras haber alcanzado sorpresivamente en 2012 la final de la Copa Sudamericana, disputará por primera vez la Libertadores.

Ayer en la Bombonera, que se fue llenando lentamente y que contó con la presencia de Juan Román Riquelme, todavía no habían salido los jugadores de Boca a la cancha –los mexicanos hacían el calentamiento en el campo de juego– y ya se escuchaba el pedido de los hinchas al Virrey. “Quiero la libertadores....” O el también ya clásico “Quereeeemoooos la coooopa...”. Luego, para la salida del equipo, la fiesta fue total e incluyó papelitos y fuegos artificiales, y hasta pirotecnia –supuestamente prohibida– de parte de la barra brava. Y, exclusivo para Bianchi, el hit que no podía faltar en la parada: “Vení vení cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, y de la mano de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar”. La intención está, pero para que se haga realidad, Boca necesita mejorar mucho en defensa, y obviamente un conductor, Riquelme.