La AFA, lejos de desalentar este tipo de iniciativas bursátiles que están vedadas por sus propias normativas, por el contrario, durante el decenio en que gobernó Carlos Menem, estimuló desde las sociedades anónimas deportivas hasta fondos como el que instituyeron Mauricio Macri y los dirigentes que lo acompañan. Hay un artículo, el Nº 249 del reglamento general de la asociación, que expresa: “Queda total y absolutamente prohibido, bajo pena de nulidad, la cesión de contratos a favor de personas físicas o de empresas o entidades que no intervengan directamente en la disputa de torneos oficiales de la AFA”.
Es curioso, pero el 6 de marzo de 1997, en una nota que le envió a Boca Juniors, la entidad que preside Julio Grondona les señalaba a los directivos encabezados por el ingeniero que no le haría observaciones al Fondo “siempre y cuando se cumpla con las normas estatutarias y reglamentarias vigentes en la Asociación del Fútbol Argentino, a lo que debe agregarse, claro está, las de la propia FIFA, de cuyas normas no podemos apartarnos”.