La nueva juventud que vive a los 34 años no le bastó al final a Roger Federer para llevarse el US Open. Federer llegó al encuentro en estado de gracia. Tras derrotar a Novak Djokovic en Cincinnati, el suizo se había paseado en Nueva York, sin ceder un solo set y despachando rivales por la vía rápida. Pero en la final se encontró con un muro, precisamente Djokovic. Sin embargo, Federer fue capaz de reponerse y comenzó a dictar ese ritmo de juego que tanto le gusta en su última reencarnación: saque potente, puntos cortos, mucho riesgo. ¿Qué le faltó para ganar? Principalmente acertar en los momentos clave. El suizo dispuso de 23 break points a lo largo del partido, pero sólo fue capaz de ganar 4, mientras que el serbio aprovechó 6 de los 13 que tuvo. De todas maneras, el suizo reconoció: “Estoy haciendo un buen año, jugando un buen tenis. Estoy contento con mi nivel. Soy capaz de ser muy consistente”. Djokivic, por su parte, comentó: “Ha sido una temporada increíble”.