“El equipo puede jugar mucho mejor. Se pueden buscar excusas por las lesiones y la derrota en la semifinal, pero me voy contento porque al final, pese a que el partido estaba perdido, se trató de atacar”, opinó el apertura del seleccionado argentino de rugby, Nicolás Sánchez. El capitán de Los Pumas, ante la lesión de Agustín Creevy, ayer marcó ocho puntos y quedó muy cerca de convertirse en el goleador del Mundial, con 97 puntos. Sólo podrían alcanzarlo el australiano Bernard Foley, que hizo 75 puntos, y el neozelandés Dan Carter, que ostenta 63. Gonzalo Quesada es el único jugador que alcanzó ese logro para el rugby argentino, en el Mundial de Gales 1999. Sin embargo, fiel al estilo del equipo, el rugbier destacó lo grupal ante la consulta de la prensa. “Si se da sería algo lindo. No era algo que me volviera loco, en lo que pensase todos los días. Todos pensábamos en el bronce y nadie pensaba en lo individual. Por ejemplo, los que no jugaban se entrenaban y ponían buenas caras. Eso hace grande al equipo.”