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Las mejores actuaciones fueron de los de arriba
Lo mejor de Argentina estuvo en la ofensiva. Aunque el equipo de Bielsa mostró un sólido funcionamiento colectivo, con mucha sobriedad en todas sus líneas y rendimientos individuales muy lucidos, los tres jugadores más adelantados de la Selección, Mauro Rosales, Carlos Tevez y Marcelo Delgado, cumplieron una destacada labor, tanto en la presión sobre la defensa peruana como en la generación de espacios en los metros finales de la cancha.
Además de convertir su primer gol en un partido de las Eliminatorias, Rosales fue una permanente opción de peligro. Con mucha movilidad buscó siempre la pelota y tiró varias paredes con Tevez. Por esa vía llegó el primer gol del partido. Entre el flamante jugador del Ajax de Holanda y el delantero de Boca se estableció una provechosa sociedad en la cual el equipo argentino sustentó su dominio sobre el adversario. Delgado aportó, además, varias apariciones por el sector izquierdo, generando sorpresa en el área peruana.
En la mitad de la cancha hubo orden y solvencia, aportados por Mascherano, que volvió a jugar un gran partido con la camiseta albiceleste, junto con el despliegue que aportaron Cristian González, por la izquierda –hasta su expulsión al final del primer tiempo– y Javier Zanetti, por derecha, con sus habituales proyecciones. A todo esto se sumaron las pinceladas creativas que, por momentos, aportó Andrés D’Alessandro. El volante del Wolfburgo fue marcado en forma rigurosa por los mediocampistas rivales, y por ese motivo le costó entrar en contacto con la pelota para provocar el desequilibrio en el campo peruano.
En la defensa, Milito se mostró muy solvente, tanto en la marca como en la salida, al igual que Coloccini, que además resultó importante cuando apareció en el área rival para ganar de cabeza, pues así fue como convirtió el segundo gol del equipo argentino. Heinze, en función de líbero, jugó un buen partido, si bien pasó algún sobresalto durante los primeros minutos del complemento, cuando Perú empujaba en búsqueda de la igualdad. Fue tal vez en los envíos aéreos generados desde jugadas con pelota detenida donde la última línea de Argentina exhibió algunas dificultades.
Abbondanzieri cumplió una labor aceptable durante la primera mitad y tapó en el segundo tiempo una pelota crucial: un cabezazo a Solano que pudo torcer la suerte del partido. En cuanto al gol peruano, el arquero se tiró un poco tarde, pero en rigor tenía su visión un tanto tapada por jugadores de ambos equipos. Sorin entró en el segundo tiempo y se brindó como siempre en todos los sectores de la cancha y sobre el final, buscó en área y definió con todo el oficio de un delantero. En cuanto a los restantes ingresos, Diego Milito y Nicolás Medina jugaron muy poco tiempo.
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