Por G.V.

Una de dos. O Grondona creyó que no le quedaba otra que escuchar el clamor popular y por eso convocó a Carlos Bianchi a través de los medios o se cubrió de una negativa que intuía y le tiró la pelota al ex técnico de Boca. Cualquiera haya sido la alternativa, el dirigente combinó necesidad con urgencia. Es curioso que el presidente de la AFA delegara una gestión tan importante en Pedro Pompilio, el vice boquense y en un ex titular de Vélez, Ricardo Petracca, hoy dedicado al fútbol infantil.
El primero no mantenía una relación amigable con el entrenador, sobre todo después de perder la final de la Copa Libertadores con Once Caldas de Colombia. Es difícil creer que Grondona tolerara dos desaires consecutivos (primero, el de Bielsa y enseguida el del Virrey), sin decir agua va. Muy por el contrario, para él constituyó un desafío personal, habida cuenta que debía “demostrarles a todos que lo sucedido después del Mundial de Francia era realidad. Que yo le había ofrecido la conducción técnica del seleccionado”.
Bianchi, sin embargo, le dijo que no por segunda vez consecutiva. Y según una importante fuente consultada para esta nota, nada tuvo que ver la supuesta enemistad con Grondona. No pesó ese dato como disuasivo ni las ganas de sus colaboradores, el profesor Julio Santella, José Carlos Veglio y Carlos Compagnucci, lo empujaron siquiera a estudiar la propuesta. El DT continuará descansando. Puede darse el lujo de tomarse un año sabático.