Lleyton Hewitt y David Nalbandian se cruzaron ayer comentarios irónicos. Fue después de una pregunta lanzada en la presentación de la serie, respecto de si el número dos del mundo insistiría en sus gritos (“¡come on!”, “¡vamos!”) ante Nalbandian, teniendo en cuenta que ambos no estuvieron lejos de irse a las manos en enero, durante los cuartos de final del Abierto de Australia.
“Cuando uno mira jugar a Lleyton, y grita, nunca es en detrimento de nadie”, esgrimió el capitán australiano John Fitzgerald. “Pero si gana un gran punto en un momento importante puedes esperarlo. Creo que la tribuna se alimenta de ello”, añadió.
Nalbandian intentó evitar el enfrentamiento verbal. “La serie es entre Argentina y Australia”, dijo, buscando eludir la contraposición Nalbandian-Hewitt de cara al choque. El argentino opinó que el césped en las canchas del Sydney International Tennis Centre “es lento”, aunque está convencido de que “los australianos lo cortarán”, lo que haría más veloz la superficie.
Hewitt lanzó entonces un dardo: “Todo se ve lento si tienes dos tipos pegándole a la pelota desde cuatro metros atrás de la línea de base”. Nalbandian opinó entonces que las condiciones “no son las mejores” y se quejó de la humedad en la base de la cancha, en un sector donde no da el sol y que permanece húmedo.
Hewitt tuvo un incidente con Nalbandian en enero, cuando en el segundo set de un partido definido a su favor por 10-8 en el quinto parcial golpeó con su hombro al argentino en un cambio de lado. “Es un gran jugador, pero no es el mejor ejemplo para el tenis –señaló Nalbandian aquella vez–. Pero es la actitud que elige cada uno y allá cada cual. El no es un gentleman, no comparto sus formas.” El australiano tuvo luego un entredicho con Guillermo Cañas, que no está en Sydney a raíz de la cuestión del presunto doping positivo.
Fitzgerald terminó elogiando a los tenistas argentinos: “Nalbandian y Coria son hoy dos de los mejores jugadores en cualquier superficie”.