“El Cefar comenzó a partir de mi problema en el fútbol –cuenta Raffo–. Cuando me fui de la primera de Boca a Quilmes, la realidad es que me fue muy mal. Me quedé sin club rápidamente y no encontraba un lugar para seguir entrenándome y preparándome, ya que mi sueño era poder irme a jugar a Europa. Pude hacerlo y cuando volví pensé en crear algo para que los jóvenes que tienen la desgracia de quedarse sin club tengan lo que yo no tuve: una estructura de Primera para entrenarse. Nos largamos con cinco personas, hoy somos 55.”
El centro cuenta con cinco canchas de fútbol: tres de pasto sembrado, una de césped sintético y otra de arena; una pensión; un hotel –en el que han concentrado la CAI de Comodoro Rivadavia o el seleccionado juvenil de Costa Rica–, dos utilerías y un gimnasio.
En 1997 el proyecto comenzó con 25 jugadores y, en la actualidad, más de 300 futbolistas se entrenan diariamente en San Justo, en el predio donde años atrás funcionaba La Candela. “Boca había alquilado el predio dos veces, pero había tenido enormes problemas con las concesiones –relata Raffo–. Sigue siendo de Boca, pero estaba abandonado. Nosotros funcionábamos en El Palomar, en la Sociedad Italiana de Tiro al Segno (Sitas), pero ya nos quedaban chicos los vestuarios, no teníamos oficinas ni lugar para los médicos, los kinesiólogos, las utilerías. Acá se entrenan todas las categorías en doble turno. Acá se entrenó Diego (Maradona) y eso vale mucho para nosotros.”