DEPORTES
• SUBNOTA › EN LA CASA DEL TENISTA
Hubo fiesta en Unquillo
Con un sol a pleno que puso fin a cinco días de lluvia, la coqueta ciudad de Unquillo, a 22 kilómetros de Córdoba, festejó una nueva victoria de David Nalbandian, el hijo pródigo de un lugar que comienza a trascender gracias a los éxitos del tenista en Wimbledon.
La casa de Nalbandian, ubicada en plena avenida San Martín, fue el epicentro de los festejos de vecinos, amigos y periodistas de distintos puntos de Córdoba y del país, quienes compartieron el “sufrimiento” y posterior alegría de los padres de David, Norberto y Alda, debido a la lejanía de su hijo. “No dormimos en toda la noche, la pasamos con los ojos abiertos”, admitió Norberto, quien no pudo ocultar su emoción por el logro histórico de su hijo.
Norberto Nalbandian no se apartó de su cábala y observó el partido por televisión con los mismos familiares que se habían juntado en las jornadas anteriores a seguir a David por Internet y, por supuesto, con el mate en la mano.
La tensión que generó el 1-2 inicial, cuando el belga Malisse amagó con aguar la fiesta y rompió el servicio del cordobés, se fue apaciguando a medida que el argentino sacó a relucir su enorme potencial tenístico. “David reaccionó en el momento justo, siempre nos dio satisfacciones y hoy no podía fallarnos”, comentó Nalbandian padre.
Consumada la victoria, las siempre silenciosas calles de la ciudad se tornaron ruidosas por las bocinas de los autos y la algarabía de la gente, que repitió al unísono: “David, David, David”, en un sentido reconocimiento a la distancia para el pibe de 20 años.
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