La apuesta de Mancini era ambiciosa. El resultado fue contundente. La paternidad de Juan Ignacio Chela (5-0) sobre Nikolay Davydenko no fue suficiente. El tenista de Ciudad Evita jugó por debajo de su nivel y cayó 6-1, 6-2, 5-7 y 6-4, en tres horas y cuatro minutos, en el primer partido de la final de la Copa Davis.

Después de varios días de misterio, el capitán argentino eligió a Chela para abrir la serie ante Davydenko. Pero, pese al buen rendimiento que había mostrado el argentino en los entrenamientos, poco pudo hacer ante un ruso inspirado. Davydenko salió a jugar con mucha convicción, no dejó pensar a su adversario e impuso el ritmo del partido con una velocidad que desequilibró a Chela. Un poco más de una hora bastó para que el ruso se llevara los dos primeros parciales. En el tercer set, Chela se apoyó en la solidez de sus golpes para adelantarse 4-1. El ruso igualó el marcador, pero sus sucesivos errores permitieron que el argentino ganara el set 7-5. Cuando parecía que Chela se apoderaba del control del partido, Davydenko recuperó el dominio de los primeros sets y, tras un parcial en el que se intercambiaron quiebres, ganó el cuarto set para darle el primer punto a Rusia.

“Comencé nervioso. Tenía problemas para moverme y esta es una superficie que no perdona. Si no estás rápido, los puntos vuelan”, explicó Chela. “Luego jugué más suelto, y pegándole mejor a la bola. Cuando gané el tercer set sentí que tenía chances, también en el comienzo del cuarto. Hasta entonces había sido muy fácil para él”, reconoció el argentino. “Nunca pensé en ese 5-0. Sabía que jugando a mi nivel podía ganar. Cuando me siento bien físicamente soy capaz de vencer a cualquiera”, aseguró Davydenko.