DIALOGOS › OSCAR UGARTECHE, ECONOMISTA PERUANO, INVESTIGADOR DE LA ESTRUCTURA FINANCIERA MUNDIAL
El conflicto de Argentina con los fondos buitre demuestra la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional, señala Ugarteche. “En el tiempo cambian las instituciones cuando las existentes se vuelven obsoletas.”
› Por Julia Goldenberg
El economista peruano Oscar Ugarteche presentó recientemente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde trabaja como investigador, su último libro, Arquitectura financiera internacional: una genealogía de 1850 a 2008. El autor revisa la historia del FMI, la Oficina de Asistencia Económica de la Liga de las Naciones, la Corporación de Tenedores de Bonos de Londres, entre otras instituciones. El libro, además, expresa lo que sería deseable para que la arquitectura evolucione positivamente: el concepto de un tribunal de arbitraje que reemplace la jurisdicción de Nueva York, es decir, que surja un nuevo tipo de espacio de negociación. En diálogo con Página/12, Ugarteche señaló que el fallo de Griesa es un fallo político y que el caso argentino transformará la arquitectura financiera internacional.
–En su libro señala una evolución de la arquitectura financiera. ¿En qué dirección se está produciendo esta mutación?
–La nueva arquitectura que se está delineando tiene otra base, no está supeditada a las Instituciones Financieras Internacionales (IFIS) basadas en Washington. El banco de los Brics y el Banco del Sur no necesariamente utilizan el dólar como moneda para préstamos; no utilizan la ley de Estados Unidos ni a Nueva York como jurisdicción para los contratos, abriendo el camino a un futuro de una arquitectura financiera no dominada por un solo país. En mi trabajo de la Arquitectura financiera internacional: una genealogía de 1850 2008, se puede apreciar que en el tiempo cambian las instituciones cuando las existentes se vuelven obsoletas, sea porque dejan de responder a las necesidades sistémicas de estabilidad o porque las bases que las sostienen se debilitan. Con el mecanismo de resolución de controversias para temas financieros, lo que quedó después de 1944 y Bretton Woods fue la utilización de la ley de Estados Unidos cuando los instrumentos están en dólares americanos. El problema con esto es que convirtió a la ley de Estados Unidos en una ley universal. Para resolver los aspectos mercantiles de este problema se creó la Cnudmi (Uncitral en inglés, Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional). Ha llegado a ser reconocida como el órgano jurídico central del sistema de las Naciones Unidas en el ámbito del derecho mercantil internacional. Organo jurídico de composición universal, dedicado a la reforma de la legislación mercantil a nivel mundial durante más de 40 años. La función de la Cnudmi consiste en modernizar y armonizar las reglas del comercio internacional. El lanzamiento de la idea está en los Documentos Oficiales de la Asamblea General, vigesimo, primer período de sesiones, documento A/6396 (1966). En el campo financiero, este mecanismo no se había propuesto sino hasta inicios de septiembre de este año por el G-77 con el auspicio de Argentina y marca el primer paso hacia un código financiero internacional que sustituya de alguna forma al de Nueva York para eliminar el tipo de problemas que han surgido con la controversia de NML vs. Argentina. Este código debería de servir para que opere un tribunal internacional de arbitraje para deuda soberana de manera análoga a como funciona el tribunal de arbitraje para temas comerciales en Uncitral. Ese sería un cambio de arquitectura que seguiría los principios de desnacionalizar las finanzas internacionales y volverlas realmente internacionales.
–Usted sostiene que el caso argentino lleva a la deslegitimación de Nueva York y de la estructura financiera, cualquiera sea el resultado. ¿Podría explicarme mejor esta idea?
–La arquitectura financiera cambia a lo largo de 150 años cuando los mecanismos, los instrumentos, las prácticas y las instituciones no logran resolver los problemas favorablemente para la estabilidad del sistema financiero. Porque las instituciones, las leyes, las prácticas se crean para darle estabilidad al sistema financiero internacional. Ese es el objetivo de toda la creación institucional, tiene que ver con cómo se le da estabilidad al mercado monetario, al mercado de créditos, cómo se asegura la recuperación de los créditos, cómo se asegura que el comercio internacional fluya. Esto ha ido cambiando desde el siglo XIX, pero lo interesante es que ahora con el caso argentino lo que se visibiliza, que es un problema que tiene por lo menos 30 años, es que la jurisprudencia estadounidense se transformó en jurisprudencia universal, sin que haya mediado un acuerdo internacional para convertirla en jurisprudencia universal. Después de 1982, súbitamente, la ley de Nueva York se convirtió en “La Ley” y la jurisdicción de Nueva York se convirtió en “La Jurisdicción” de todo crédito emitido en dólares. Salvo que se especifique lo contrario. Si no se dice nada, como el activo financiero es el dólar y la jurisdicción del activo financiero es la jurisdicción de Nueva York, entonces todo remite a Nueva York. Eso es un error que ahora se ha podido observar. Esto es algo que yo sabía teóricamente, pero ahora se puede observar. Entonces todo esto te lleva a la necesidad de crear un tribunal de arbitraje y te lleva a pensar en voz alta y acordar en el ámbito internacional. Toda la cuestión está en cómo acordar un código financiero que sea internacional, realmente internacional. Este problema fue enfrentado en los ’60 para el comercio internacional, en una comisión de la ONU que se llama Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Internacional. Bueno, con la deuda hay que hacer exactamente eso. Entonces el caso argentino puso en evidencia la carencia del tribunal de arbitraje y pone en evidencia la carencia del código financiero internacional y la arbitrariedad que implica la aplicación de la ley de uno para el universo, cuando el universo también tiene sus derechos. Por último, la parte más arriesgada del fallo Griesa es que se dice que el último que entre a negociar tendrá mejores condiciones de negociación que el primero que entró a negociar. Esto en finanzas es inaceptable, que el que entra último sale mejor parado. Este caso es fascinante porque ha instalado además que este juez no cree en las reestructuraciones de deuda. Tira abajo 200 años de historia financiera. Por eso mi conclusión es que éste no es un fallo judicial, sino un fallo político.
–Al contrario de quienes (incluso en Argentina) dicen que el reclamo de los fondos buitre es legítimo, usted considera que es necesario investigar las condiciones de compra de los bonos. ¿Cómo llega a esta conclusión?
–Por un lado quiero decir que si se parece al caso peruano, que es algo que no sabemos, hay un inicio problemático, que es el momento en que el fondo buitre realiza la compra. Tenemos a estos señores sentados en Nueva York mirando por la ventana y de repente los bonos de Argentina se vuelven muy interesantes para ellos. Estamos hablando de los bonos que no han entrado en la reestructuración del 2005 y estamos atravesando la reestructuración del 2010. Entonces alguien dijo “yo vendo estos bonos y se los vendo a esta gente”. ¿Quién? ¿Por qué? Puede ser alguien que de buena fe vendió sus bonos. Pero la respuesta también puede ser que se trate de un agente financiero en Buenos Aires que los tiene guardados y decide que es el momento de hacer algún tipo de operación para sacar más dinero. Lo que hace el buitre, y esto lo convierte en buitre, es que compra el bono y no pretende negociar. El problema es que nunca se sientan en una mesa para ponerse de acuerdo con la otra parte, entonces parece que sólo quieren iniciar un juicio. Abren el juicio solamente en última instancia, pero los buitres operan sobre la base del juicio.
–Además del procedimiento, habría que considerar quiénes son los que proceden así.
–Hay que considerar el lugar de Singer como aportante en el congreso estadounidense para las campañas de los congresistas republicanos. Creo que él es el número 15 de los aportantes en la últimas elecciones del congreso. Esto refleja la mala fe. En Estados Unidos esto puede ser legal, pero en nuestros países eso no es legal. Cambiar leyes a favor tuyo poniéndoles dinero a los congresistas en nuestros países se llama tráfico de influencias. Parece que en Estados Unidos esto tiene otro nombre y ellos son los dueños de la honestidad: por eso publican las listas de los donantes. Mira qué tramposo. Entonces yo preguntaría cómo fue la compra cuyo comprador aporta dinero para la campaña de los congresistas norteamericanos. Es una pregunta que hay que hacérsela a la Security and Exchange Comission. Porque es una pregunta que hay que hacer en Nueva York, no en Buenos Aires. En el Congreso de la República del Perú solamente pude investigar el lado peruano y aunque pude traer al congreso peruano a todo el mundo involucrado desde Nueva York, la investigación debería haberse hecho en Nueva York. Tuvimos que investigar a quién le compraron los bonos y sobre todo cómo le llegó la información a Singer de que existían estos bonos. No creo que el mercado de bonos vencidos y no reestructurados de Argentina estuviese muy abierto en el año 2008. No creo, no creo. En todo caso, habrá que investigarlo.
–El FMI parece haber apoyado a la Argentina diciendo que el litigio en contra de Argentina podría tener implicaciones negativas para futuras reestructuraciones de la deuda soberana, pero luego pronosticó crecientes de- sequilibrios macroeconómicos, una inflación tan elevada como la de Venezuela y un período de recesión hasta 2015. ¿Qué opinión tiene de estas consideraciones contradictorias?
–En líneas generales, en los juicios anteriores de este fondo buitre en particular, del Elliott, el papel del FMI fue un papel cómplice. Cómplice del complejo financiero norteamericano, nunca ha sido un papel de solidaridad con el afectado. El FMI no tiene solidaridad con los afectados. Hay que entender que el FMI es un invento del Tesoro norteamericano y que es administrado por el G-7 y que el G-7 no tiene el tamaño ni el poder para administrar un organismo internacional, pero el dato es que lo administra. El Tesoro de Estados Unidos tiene una agenda política internacional, no sólo una agenda económica. Es el que se ocupa, por ejemplo, del bloqueo de las cuentas en Suiza contra Cuba. El Tesoro es el administrador de la política exterior Norteamericana en el plano económico. Entonces, yo no esperaría del FMI absolutamente nada. Veo las autocríticas que se están discutiendo dentro del FMI donde señalan que se equivocaron con las políticas fiscales, que han tenido problemas con las políticas de los tipos de cambio. En fin, hay una discusión interna más o menos intensa. Pero a la hora de definir, siempre se define a favor del capital financiero internacional y a favor de Estados Unidos. No me sorprende en absoluto la actitud del FMI con Argentina, en todo caso me sorprende que haya hablado bien de Argentina.
–Entonces, ¿las predicciones a quiénes están dirigidas?
–Al complejo financiero internacional y a los inversionistas. El FMI le habla al sector financiero internacional que opera en Nueva York, pero opera también en Buenos Aires, en Lima, en México, etc. A ellos les habla.
La recuperación económica después del 2008 ha sido muy frágil para las economías líderes o avanzadas. Europa no crece y Japón crece muy poquito. Estados Unidos crece poco y no logra dinamizar ni a México, reflejándose un cambio en la dinámica mundial. Las economías que crecen son las sudamericanas, africanas y asiáticas que en el 2014 han visto una desaceleración por la reversión del triple arbitraje cambiario, de tasas de interés y de precios de los commodities dado el alza de la tasa de interés en Estados Unidos. Esto deriva de la reducción de los programas de asistencia monetaria de parte del FED. Ahora hasta las propias Bolsas de las economías avanzadas están siendo afectadas por la reversión del triple arbitraje y el precio del oro sube.
–La propuesta del FMI fue sugerir cambios en las cláusulas de los bonos. ¿Considera que esas modificaciones son suficientes?
–Sobre esto yo mismo he escrito. El día antes de que se presentara la propuesta del G-77 para crear un organismo de regulación multilateral, la Asociación Internacional de Mercado de Capitales, con sede en Nueva York, emitió una propuesta para modificar dos cláusulas. Está bien que las modifiquen, pero no es el punto. En este sentido yo creo que Kicillof lo ha entendido perfectamente. El problema ahora es que tenemos todo el aparato del sistema financiero internacional reflejando los intereses de un grupo que no tiene el grueso del PIB mundial, ni el grueso del comercio mundial, pero es el grupo que tiene el grueso de la banca. Esta asociación internacional de mercado de capitales quiere reflejar esos intereses. Pero el sistema internacional, si pretende ser un sistema internacional y no un complejo de especuladores, debe seguir otra lógica. Este complejo de especuladores, cuando no les funciona su sistema, entra con cuchillo, con pistola, con Griesa, con cañones, con lo que tengan para sacar siempre la mejor parte de la tajada. Es la cara grotesca del capitalismo contemporáneo. Ellos salieron con la modificación de dos cláusulas, pero no es el punto, el problema es que la arquitectura financiera internacional ha perdido vigencia. Esto ya no es saludable ni siquiera para ellos. Soros, que no es ningún angelito, en Londres le abre un juicio a Estados Unidos por sus cobros. Esto muestra que el sistema no está funcionando. Estos fondos que actúan como delincuentes, que se meten en la mitad de las operaciones, en un momento de opacidad donde no hay información, compran, guardan y luego salen a la luz con un juicio en contra del deudor. Entonces el deudor nunca tiene capacidad para negociar antes del juicio. Es necesario acabar con esto creando un sistema que refleje los intereses globales y no sólo los intereses financieros estadounidenses. Yo estoy seguro de que Estados Unidos, de la mano de la Asociación internacional de Mercados de Capitales, le va a hacer la guerra, no sólo a Argentina, sino a toda idea de reforma porque significa una pérdida de poder. A esta altura, la pérdida de poder en este campo da cuenta de la fragilidad que está atravesando la hegemonía de Estados Unidos. El tema político de fondo es si Estados Unidos tiene la capacidad hegemónica de liderar. Argentina dice que no, que no tiene la capacidad de liderar, es decir, esto muestra la incapacidad de Estados Unidos de liderar. Argentina está cuestionando la hegemonía de Estados Unidos y eso provoca mucha irritación, por eso el fallo es tan político. Yo creo que con este caso Estados Unidos ha perdido mucha credibilidad. Esto es muy interesante, discúlpeme el sesgo profesional pero es que estoy encantado con este caso porque es lo que estoy investigando hace años y ahora lo veo realizarse. Estoy fascinado con el proceso.
–¿Cómo ve la Ley de Pago Soberano que fue aprobada recientemente?
–A mí me ha gustado mucho porque me parece que es un primer paso hacia la recuperación de la soberanía nacional en materia de crédito internacional. Es decir, esta ley plantea que el deudor tiene el derecho de pagar en casa lo que le debe al mundo, y el mundo no tiene por qué dudar de que el deudor va a pagar lo que le corresponde. Esto se parece más a la legislación europea, así funcionan Alemania, Italia, Francia, Japón, etc., es lo que hacen todos los del G-7 y puede ser parte de la nueva arquitectura financiera internacional. Es decir que lo pague el deudor en su casa. Pasar por un tercer lugar tampoco tiene sentido, te cobran una comisión adicional, pagas márgenes cambiarios, mientras que si se paga en el país deudor la operación es mucho más directa. Piense que hace 180 años esto funcionaba del siguiente modo: el emisor de bonos en Londres emitía y se quedaba con los siguientes cinco años del servicio de la deuda en la cuenta. Entonces el deudor recibía sólo una fracción del crédito emitido. Así comenzó esta historia y todo se hacía en una sola cuenta que era la cuenta que tenía el deudor en Londres. Creo que han pasado 180 años no en vano, para aprender que hay otras maneras de hacer las cosas. El pago soberano es una innovación ya que le devuelve el poder al deudor, que no tendría por qué haberlo perdido, en primer lugar.
–¿Qué estrategias regionales considera necesarias para evitar una desestabilización política y económica que pueda prevalecer a pesar de los cambios en los gobiernos de cara a las elecciones que se están realizando en varios países de América del Sur?
–Esta es una pregunta con varias puntas. Desde mi experiencia, creo que Argentina podría solicitarle al gobierno de Perú un apoyo en el tema de Elliott, que el gobierno de Perú lo ha enfrentado. Sería interesante que los países que han sufrido estos embates hagan visibles sus casos y se ayuden entre sí. Estos casos deben ser visibles. Siempre me dio la impresión de que los países sentían algún tipo de vergüenza y que entonces esto no se hacía público. Bueno, yo creo todo lo contrario, creo que hay que hacerlo público porque se trata de un grupo de delincuentes que hay que denunciar. El informe de Perú está colgado en Internet. Entonces yo creo que debería haber un frente común para combatir este tipo de problemas. ¿Imagina lo que esto significa para los africanos? Argentina logró plantarse, argumentar y enfrentar, pero el Congo ¿qué capacidad tiene de hacer frente a estos abusos? Ninguna. De fondo, está la cuestión de que un tipo de operación de este tipo le puede costar a la gente del Congo cincuenta años de desarrollo económico. ¿Cuánto se llevan estas operaciones en el presupuesto nacional de salud o en el presupuesto nacional de educación? Entonces yo creo que el caso de Argentina nos está alertando y Argentina debería usarlo políticamente. Es decir, convocar a discutir estas cosas para ver cómo se paran y ayudar en ese sentido a cambiar la arquitectura financiera internacional que claramente ya no responde a los riesgos sistémicos. Luego, lo que necesitamos de una vez es un fondo de estabilización cambiario en la región que tenga un tamaño lo suficientemente importante como para evitar desestabilizaciones cambiarias que están tratando de aplicarle a Argentina. Me parece evidente que el tipo de cambio argentino no tiene nada que ver ni con la inflación del país ni con la tasa de crecimiento. El tipo de cambio tiene que ver con un factor de seguridad y un factor político. Creo que hay una fuerte apuesta en contra para desestabilizar al gobierno. Esto por supuesto el Banco Central lo podría estabilizar entrando al mercado con un crédito del Fondo Latinoamericano de Reservas para estabilizar. Pero para eso necesitas que el Fondo Latinoamericano de Reservas tenga un tamaño adecuado. He visto la propuesta de Cepal, que es una propuesta de 10 mil millones. No, América latina necesita 100 mil millones por lo menos. Eso hay que empujarlo de una vez. Es decir, hay que empujar a que el FLAR haga los swaps correspondientes con los bancos centrales de todos los países miembros, y que estos swaps sean por montos que sumen más de 100 mil millones de dólares, de una vez. Con esto, por lo menos se logra estabilizar la moneda.
–Por último, quería mencionar cómo se coordinan en la Unasur las posiciones de los miembros en la Asamblea General de la ONU.
–Yo quedé gratamente impresionado, ya que todos los miembros de Unasur votaron a favor, excepto México, que para mi sorpresa no votó en contra sino que se abstuvo. Creí que iban a votar en contra México, Colombia, Costa Rica, Chile y Perú, por la Alianza del Pacífico. Sin embargo, no solamente no votaron en contra sino que todos votaron a favor, salvo México, que se abstuvo. Se puede coordinar en la Unasur para que Sudamérica lleve un discurso homogéneo. No sólo para conseguir un tribunal internacional de arbitraje para las deudas soberanas en el marco de Naciones Unidas, sino también un código financiero internacional a partir de la historia latinoamericana de deuda que es finalmente “La Historia” financiera de deudas soberanas de los últimos 200 años. Eso es lo que está por delante.
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