Vera Malaguti Batista es secretaria general del Instituto Carioca de Criminología, aunque aclara que tiene una formación “más social que judicial”. Estuvo en la Argentina para cerrar la novena Conferencia sobre Política de Drogas, organizada por la asociación Intercambios en Congreso. Allí analizó los fenómenos mediáticos vinculados el narcotráfico, la intromisión militar en las favelas cariocas y la situación carcelaria. Este último tema la motivó, junto a Pedro Viera Abramovay, a editar un libro llamado Después del gran encarcelamiento, basado en las ponencias de un seminario realizado en 2008 en Río de Janeiro, cuando de 110 mil presos en Brasil, en 1994, se pasó a 500 mil catorce años después.

Además de socióloga, Malaguti Batista hizo una maestría en Historia Social en la Universidad Federal Fluminense y es doctora en Salud Colectiva por la Universidad Federal de Río de Janeiro. Se hizo conocida en el ambiente académico de su país luego de publicar una investigación titulada: “El miedo en la ciudad de Río de Janeiro. Dos tiempos de una historia”. Allí analiza las distintas forma de controlar y disciplinar a las masas empobrecidas, comparando lo que ocurría en 1800 y en 1900.

De este estudio se desprende no sólo la influencia de los medios masivos de comunicación sino también de la Iglesia brasileña, que orientó los miedos para consolidar sus intereses, y la utilización del racismo para intensificar el miedo al otro. La autora también señala la importancia del miedo colectivo en la construcción de las sociedades urbanas en Brasil.

Actualmente, Malaguti Batista es profesora de criminología de la Universidad Cándido Mendes e impulsa un cambio en la legislación sobre las drogas en Brasil, en momentos donde abundan los crímenes relacionados con el narcotráfico, como el de la jueza Patricia Ascioli, acribillada luego de condenar a policías que integraban “escuadrones de la muerte” en Río. La desinformación y la contrainformación, dice, son esenciales para entender el retroceso y los obstáculos para implementar políticas de drogas más humanas y eficaces.