El escritor español Javier Montes, ganador del Premio José María Pereda con su primera novela Los penúltimos y del premio Anagrama de Ensayo con La ceremonia del porno, es además crítico de arte especializado en arte contemporáneo. Participó en numerosas conferencias en todo el mundo y fue profesor de Historia del Arte en el Colegio Español de Malabo (Guinea Ecuatorial). Actualmente prepara su nueva novela y colabora con los diarios ABC, El País y con las revistas Letras Libres, Revista de Libros, Granta UK, Revista de Occidente y Letra Internacional, entre otros. En un análisis sobre el impacto de la crisis económica en el arte, Montes señala que existe una relación estrecha con la política, pero que el arte funciona de un modo menos literal e inmediato, más oblicuo de lo que esperan encontrar el sentido común y algunos medios de comunicación. El mercado de las grandes obras de arte ha conseguido eludir los recortes presupuestarios en instituciones, la reducción de subsidios, becas y medios para la producción, porque persiste el consumo en bienes de lujo. Esto refleja el alcance selectivo de la crisis que no ha perjudicado a todas las capas de la sociedad, que además no puede ser pensada desde la evidencia. El escritor madrileño insiste en que la recesión no es un problema concentrado en una zona geográfica. Existe una crisis de modelo global que pone de manifiesto la ausencia de Estados fuertes capaces de limitar el poder de los capitales trasnacionales. La juventud se convirtió en el agente protagónico que expresa un malestar general, producto de un modelo incapaz de garantizar los derechos de sus ciudadanos. En Europa, las ideologías conservadoras insisten en que el déficit y la recesión sólo conducen a ajustes presupuestarios, a un límite para los derechos laborales y a recortes en salud y educación. La actualidad se define en la lucha por preservar un Estado de bienestar en crisis.