Un producto de los arrabales como el tango se fue convirtiendo con el tiempo en un fuerte sello de identidad cultural para los argentinos. Ya no es materia para músicos, bailarines y público en general. Si durante mucho tiempo creció y se enriqueció de forma espontánea como parte de la creatividad de los músicos y bailarines populares, poco a poco se fue convirtiendo en materia de estudio como parte central de una identidad nacional. El tango ahora es una carrera con rango universitario, al igual que el folklore. Y es materia de investigación científica, como lo demostraron los congresos que organizó el área de folklore del IUNA, que dirige Víctor Giusto, quien es egresado, a su vez, del Instituto Universitario Nacional de Arte como licenciado en Folklore. Ya era profesor nacional de Danzas Nativas y Folklore y después de su carrera terciaria y de la universitaria hizo un posgrado como especialista en Gestión y Administración Cultural (Instituto Universitario Nacional del Arte/IUNA). En el Instituto Labardén estudió con profesores como Ariel Bufano, Nydia Federsen, Antonio Barceló y Alberto Barrientos o Sara Bianchi. Además realizó varios perfeccionamientos docentes en tango, milonga y malambo y en 1984 fue profesor director del ballet de la UBA y creador del UBAllet, del Centro Cultural Ricardo Rojas.