Gonzalo Civila encabeza la Lista 90 de candidatos a diputados por Montevideo, y en las elecciones de octubre próximo se convertirá en el legislador más joven, con 29 años. Civila es profesor de Filosofía, realizó trabajos sociales en asentamientos (villas miseria) de la capital uruguaya desde que tenía 15 años y muy tempranamente militó en política. A los 17 años, cuando la crisis económica al otro lado de la orilla era un espejo de este lado del Plata, se afilió a la coalición Frente Amplio. “Las familias de trabajadores sentimos muy fuerte esa crisis, de ahí viene mi vinculación con la militancia política, además de la influencia de mi familia materna, que es de izquierda.” Civila se identificó con el socialismo, el partido dentro del Frente que fue fundado en 1910. El joven profesor hace cuatro años fue elegido secretario general de esa formación en Montevideo. Gonzalo Civila ve en Vivian Trías –ex secretario general del PS–, al ideólogo de la visión del socialismo nacional de su país. “Un socialismo nacional y popular de Patria Grande, que es en lo que abrevamos. En la reivindicación del legado de Artigas”, afirma Civila. No duda al señalar que tiene como uno de sus referentes a Reinaldo Gargano, El Polo –ya fallecido–, quien fuera canciller en el primer gobierno de la coalición de centroizquierda presidido por Tabaré Vázquez y que cumplió un rol destacado en ponerles un freno a los coqueteos con un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Un hecho que generó turbulencias al interior del Frente Amplio y con los socios de Uruguay en el Mercosur.

Hoy Vázquez lidera los sondeos de intención de voto para las elecciones como un frenteamplista independiente. Civila recuerda que Tabaré se distanció del Partido Socialista cuando se debatía la ley del aborto, por su postura contraria al proyecto. “Dice que es un socialista sin carnet”, afirma el candidato a diputado y quien, según la prensa uruguaya, marcó la vuelta del ala ortodoxa de la dirección del partido.

Esa prensa resaltó que Civila le dijo recientemente al ex presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero: “Zapatero a tus zapatos. Hay bastante para hacer en España, en Uruguay damos las discusiones entre nosotros”. El malestar que le transmitieron personalmente dirigentes socialistas uruguayos al español provino de una invitación que le hizo a Zapatero la Fundación Propuestas (Fundapro), centro de análisis del opositor Partido Colorado y de su candidato, Pedro Bordaberry. En ese marco, el ex mandatario español brindó dos conferencias sobre seguridad pública, lo que fue interpretado como una injerencia en la campaña a favor de los colorados.

“Si Rodríguez Zapatero tiene poco espacio para hacer política en España, no nos parece bien que venga a hacer política a Uruguay, a juntarse con los sectores más reaccionarios de la derecha uruguaya y a plantear y abonar una posición que nosotros en absoluto compartimos”, dijo de forma contundente Civila. Rodríguez Zapatero se defendió y sostuvo que la invitación de Fundapro “no es una intromisión” en la contienda política. “He venido a explicar a otro partido las exitosas políticas progresistas. ¿Qué mejor?”, comentó.

El Partido Colorado impulsó la realización de un referéndum el mismo día de las elecciones –26 de octubre– para bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16. Zapatero explicó que la apuesta que hizo en España fue a la rehabilitación de los adolescentes infractores y no a la baja de la edad de imputabilidad en forma generalizada, aunque contó que la ley prevé un “tratamiento especial” para infractores de 16 y 17 años, que es, según las estadísticas españolas, “la franja donde se concentran los delitos más terribles”. “En España la ley de menores delincuentes es de 2000, se ha aprobado por consenso y desde entonces ha recibido cinco modificaciones, todas endureciéndola”, dijo. En el Frente Amplio no hay fisuras sobre el tema: es firme la negativa a bajar la edad de imputabilidad. Civila afirma que la propuesta en seguridad implica profundizar lo que vienen haciendo en los últimos diez años. Y consiste en “territorializar las políticas de seguridad, dando participación a la sociedad organizada en su diseño y control; profesionalizar la policía y mejorar sus salarios, seguir humanizando el sistema carcelario, superando el hacinamiento, y construir espacios públicos para estimular la integración social”, entre otras políticas.