Jorge Volnovich se define como un típico psicoanalista argentino de niños y adolescentes formado en la Universidad de Buenos Aires. “Y siguiendo la tradición psicoanalítica tan original de nuestro país siempre trabajé en el consultorio y en las instituciones, durante muchos años, tanto acá como en el exterior, en Brasil, donde tuve que vivir exiliado durante varios años”, cuenta. Cuando volvió a la Argentina en la década del ’90 comenzó a vincularse con los movimientos que empezaban a hacer visible la situación de maltrato en niños y adolescentes.

Sus 30 años de trayectoria acompañaron el llamado Estatuto del niño y el adolescente en Brasil en 1992 y los movimientos locales de normativa de protección integral de la niñez que llegaron unos años más tarde a la Argentina.

En ese recorrido, Volnovich escribió y compiló varios libros sobre la temática, entre ellos Abuso sexual en la infancia.

Hace cinco años, algunos colegas lo convocaron para formar un centro de atención psicoterapéutica de niños, niñas y adolescentes objeto de malos tratos y abuso sexual. Se trata del Centro Integral Especializado en Niños y Adolescentes (CIENA), depende de la Dirección General de la Mujer de la Ciudad de Buenos Aires, donde hoy atiende lo que considera “la punta del iceberg del maltrato en la Capital Federal: lo que se denunció es lo visible, el resto permanece invisible”. Se trata de chicos y chicas que llegan, en general, derivados por una institución o la Justicia: “Cuando una escuela, un vecino, una familia denuncia que hay una situación de maltrato del niño, esa denuncia va a las defensorías del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes o a juzgados. Entonces, los que nos llegan a nosotros son los derivados por estas defensorías o los juzgados”, explica.