El Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) es un organismo de consulta y coordinación que reúne a más de ciento cincuenta iglesias cristianas de 21 países de América latina y el Caribe que representan la más importante feligresía no católica de la región. La V Asamblea del CLAI se reunió en Buenos Aires la semana anterior y el viernes, en reñida votación, eligió como nuevo presidente al obispo anglicano panameño Julio Murray, el primer afrodescendiente que ocupa esa responsabilidad. Murray, de 48 años y “felizmente casado” con la costarricense Ana Lorena Copeland, además de ser teólogo y de haber recibido un título en Historia de la Iglesia en Suiza, es relacionista público al igual que su esposa. Tiene dos hijos: Jewell, una niña de 13 años, y Sean Luc, un varón de 7. Ostenta orgullosamente su condición de “panameño por la gracia de Dios”, es obispo de la Iglesia Anglicana en Panamá desde el año 2000 y junto con la seriedad que le impone el cargo y la profundidad de las reflexiones que surgen de su experiencia personal y religiosa, conserva intacta la vivacidad, la ocurrencia y la simpatía propias de su condición de afrodescendiente. En el 2003 la presidenta Mireya Moscoso lo nombró miembro de la Comisión de la Verdad. En el 2005, el actual presidente panameño Martín Torrijos lo invitó a participar en la “Comisión Especial para la Elaboración de Políticas Estatales de Inclusión de los Afro-Panameños”. Es actualmente vicepresidente de la Cámara de Obispos de la Iglesia Anglicana de la Región Central de América (Iarca) y vicepresidente de la Comunidad Afro-Caribeña de Teólogos. Su trayectoria lo sitúa como un hombre comprometido, desde su condición religiosa, en lo social y en lo político. Entre sus primeras palabras a poco de ser electo presidente del CLAI, Murray dijo que “el Señor hace justicia cuando un excluido negro llega a ser presidente de una organización de la importancia del CLAI” y agregó respecto de la elección, antes de la cual no aparecía como un candidato con posibilidades, que “Dios escribe en los caminos torcidos, caminos rectos y hace su voluntad a pesar de nosotros mismos”.