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A contramano del dólar
Desde noviembre pasado, vísperas de la primera versión del corralito, el precio en dólares de las propiedades inmobiliarias se derrumbó un 50,18 por ciento promedio según la consultora Tasar, dedicada a las tasaciones inmobiliarias. El titular de esta firma, Jorge Mc Loughlin, pronosticó que, en caso de que el valor del dólar siguiera subiendo, el precio de las casas y departamentos podría retroceder hasta un 30 por ciento adicional.
Este retroceso en dólares –que, de todos modos, implica que las propiedades son significativamente más caras en pesos– tuvo lugares de excepción en la Capital Federal. Recoleta, barrio de clase media alta donde ya no hay margen para construir, conservó sus precios estables, a semejanza de la torre El Faro de Puerto Madero, que aún se comercializa a 2737 dólares el metro cuadrado.
“Esos precios tendrán que corregirse”, sugiere Mc Loughlin. Desde la devaluación, el 89 por ciento de las propiedades que consiguieron venderse lo hicieron en dólares. Pero la realidad es que sólo un tercio de los bienes ofrecidos lograron encontrar comprador: el 34 por ciento fue directamente retirado de la oferta.