ECONOMíA › AYER HUBO MARCHAS EN BUENOS AIRES, CóRDOBA, SANTA FE, LA PAMPA, TUCUMáN Y SANTIAGO DEL ESTERO.
Los productores cumplieron otro día de lockout y cortes de ruta en varias provincias. Amenazan con extender la protesta por tiempo indeterminado. En Economía afirman que no habrá cambios en las retenciones, pero prometen un plan integral para el sector.
› Por Fernando Krakowiak
Los productores rurales cumplieron ayer otro día de lock-out en rechazo a la suba de las retenciones a la soja y el girasol. La protesta incluyó también manifestaciones y cortes de ruta en distintas localidades de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa, Tucumán y Santiago del Estero. Se prevé no comercializar granos ni hacienda hasta mañana, pero los dirigentes del campo adelantaron que si el Gobierno no baja las retenciones la medida de fuerza podría continuar por tiempo indefinido. “No vamos a levantar el paro si no hay nada concreto en el Boletín Oficial”, aseguró Néstor Roulet, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas. Pese a las amenazas, el ministro de Economía, Martín Lousteau, ratificó ayer que “no va a haber cambios” y fuentes del ministerio aseguraron que se está trabajando en un plan integral para el sector, del que las retenciones móviles son sólo una parte.
En Córdoba, los chacareros devenidos piqueteros cortaron rutas en las localidades de Chazón, Jesús María, Río Cuarto y Laboulaye. En La Pampa, bloquearon el cruce de las rutas nacional 35 y provincial 188, en cercanías de la localidad de Realicó. En Tucumán, se movilizaron frente a la Casa de Gobierno. En Santa Fe, los actos fueron en Venado Tuerto y Rosario. Mientras que en Buenos Aires, las protestas más numerosas se realizaron en Tandil, Necochea y Bolívar. El lockout, por su parte, se hizo sentir en el Mercado de Liniers, donde ingresaron apenas 223 cabezas de ganado, un 10 por ciento del promedio habitual de los lunes.
Los dirigentes rurales volvieron a asegurar ayer que la protesta no provocará desabastecimiento en las ciudades debido al abundante stock de alimentos que tienen las industrias. Sin embargo, la situación podría comenzar a complicarse si la medida de fuerza se extiende más allá del miércoles. Sobre ese punto todavía no hay una posición consensuada. Los productores más duros propician el lockout por tiempo indeterminado y el desabastecimiento, pues consideran que ésa es la única vía para meterle presión al Gobierno. Otros dirigentes, en cambio, creen que si radicalizan la protesta a ese extremo podrían ver afectadas sus propias producciones, lo cual hasta el momento no ha ocurrido, pues el campo ha seguido trabajando.
Los productores sostienen que el anuncio oficial no les dejó otra opción que lanzar un lockout porque las retenciones móviles establecen un precio máximo de hecho para los próximos cuatro años en un contexto de inflación creciente que impactará en los costos, reduciendo la rentabilidad paulatinamente hasta que desaparezca. Desde Economía cuestionaron ayer ese argumento al afirmar que también se están preocupando por los costos y que en los próximos días anunciarán un programa de fertilización para todos los chacareros, pues son conscientes de que en producciones como el trigo, los fertilizantes representan más del 30 por ciento del costo directo de implantación.
Además, afirmaron que se está estudiando la implementación de medidas para promover producciones regionales como las manzanas, peras y algodón; así como subsidios al uso de semillas certificadas de maíz y trigo. Sin embargo, advirtieron que “ese programa productivo será discutido y presentado cuando se levanten las medidas de fuerza”.
En Economía remarcaron también que si se realiza una comparación del poder de compra entre Argentina y Brasil, después de las nuevas retenciones, la rentabilidad de los productores de soja locales está un 16 por ciento por encima de los números de los productores de soja brasileños, aun sin haber implementado los programas que están en estudio. Para el Gobierno, esa rentabilidad es una consecuencia de la intervención vía retenciones, compensaciones y sostenimiento de un tipo de cambio alto y competitivo. “Sin esas herramientas el tipo de cambio en la Argentina se derrumbaría, y se volvería a repetir el esquema de los años ’90, que llevó al sector agropecuario a la quiebra y la concentración”, agregaron.
En el Gobierno afirman que busca generar las condiciones para desarrollar una política agropecuaria que no se agote en el “modelo rentista sojero intensivo”, pero los productores se resisten. Algunos porque han ganado millones de dólares gracias a la soja y no quieren que nadie les arruine el negocio y otros porque están cansados de que el Gobierno presente “planes integrales” que privilegian a los pequeños y medianos productores, pero que nunca terminan de implementarse, situación que en los hechos favorece la concentración y extranjerización de la tierra.
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