Vie 13.09.2002

ECONOMíA  › ESTALLO LA INTERNA EN ECONOMIA POR LAS EXIGENCIAS DEL FMI

“Con todo respeto, señor ministro...”

El titular del Banco Nación le envió una carta confidencial a Lavagna en la que rechaza en duros términos el pedido de ajuste formulado por el ministro para cumplir con el FMI.

› Por Maximiliano Montenegro

El presidente del Banco Nación, Horacio Pericoli, envió una dura carta a Roberto Lavagna, en respuesta a los pedidos de ajuste de la entidad, que el ministro le había formulado hace una semana, haciéndose eco de los reclamos del Fondo Monetario. En la misiva confidencial, a la que accedió Página/12, Pericoli afirma que el Banco Nación “ha venido operando con el nivel de costos más reducido del mercado respecto a las principales entidades competidoras”: los bancos Galicia, Río, Citibank, HSBC y Boston, entre otros. Además, le recuerda que unos 3600 millones de pesos en redescuentos, la mitad de lo que adeuda la entidad al Banco Central, fueron transferidos al Tesoro nacional para cubrir el déficit fiscal. La polémica interna alrededor de la privatización de la banca pública exigida por el FMI es el primer cortocircuito de alta tensión generado en las propias filas del equipo económico.
Como informó este diario, el 20 de agosto pasado, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, envió una carta al titular del Banco Nación, solicitándole un recorte de costos operativos de entre “el 20 y 30 por ciento”, la venta de las compañías satélites (Nación AFJP, Nación Seguro de Vida y de Retiro), y la apertura del 10 por ciento del capital del banco a inversores privados. Simultáneamente, el propio Lavagna envió sendas comunicaciones al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá y al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, sugiriéndoles ajustes similares en los bancos Provincia y Ciudad, respectivamente. En ambos casos, el argumento, explicitado en las cartas, era que dicha “reestructuración” de la banca pública era una condición necesaria para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario.
Los presidentes de los bancos Provincia (Ricardo Gutiérrez) y Ciudad (Roberto Feletti) salieron a responder públicamente que no efectuarían el ajuste, y mucho menos en los términos planteados por Economía. Pero el titular del Nación mantuvo un cauto silencio, ya que la entidad depende del Ministerio de Economía.
Sin embargo, con la máxima reserva, Pericoli envió días atrás una durísima carta a Lavagna, con copia a Nielsen, rebatiendo uno a uno los argumentos esgrimidos por el ministro para solicitar el ajuste (ver facsímil).
“Tengo el agrado de dirigirme al señor Ministro con motivo de la nota que en fecha 20 de agosto me remitiera el Sr. Secretario de Finanzas haciéndonos una serie de aspectos relacionados al planteo estratégico del Banco y de las medidas que estimaba debían ser adoptadas a la brevedad”, encabeza su respuesta Pericoli. En tanto, sintetiza: “La misiva (de Nielsen) puntualizaba que en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional se debería recurrir a una consultora para contribuir al replanteo estratégico del Banco Nación” y “recomendaba una sustancial reducción de costos operativos”.
“Me permito hacerle algunas consideraciones relacionadas con el Banco”, le dice Pericoli a Lavagna. Y va directo al grano:
u “El Banco de la Nación Argentina ha venido operando con el nivel de costos más reducido del mercado respecto de las principales entidades competidoras, durante el período 1995/2001. Cabe señalar que dichas conclusiones se ratifican con cualesquiera de los indicadores utilizados, relacionando los gastos con los depósitos, activos, sucursales o dotación de personal.” Para información del ministro, Pericoli le adjunta 6 gráficos que confirman sus dichos y dejan mal parados a los principales “competidores” privados del banco oficial: Río, Citibank, BBV Francés, Galicia y Boston.
u Destaca, además, que el Nación ofrece servicios que no brindan la mayoría de los bancos privados y elevan sus costos operativos, como pagar a los jubilados. “Se ha dado respuesta inmediata a prestaciones no realizadas en general por la banca privada como los pagos de los planesTrabajar, Jefes de Hogar y Desempleo”, asegura. Y recuerda que la entidad se tuvo que hacer cargo de “tres importantes bancos regionales” (Suquía, Bersa y Bisel) abandonados a su suerte cuando los dueños extranjeros (el francés Crédit Agricole) decidieron retirarse sin aviso del país.
u “Debe destacarse el significativo peso y participación operativa de la entidad acompañando las decisiones del gobierno nacional, con un menor nivel relativo de erogaciones respecto a la competencia”, insiste.
u Más aún, Pericoli enfatiza que el Nación ganó depósitos en los últimos meses, en relación a otros bancos privados, y que a diferencia de éstos mantuvo “los niveles de crédito de los sectores asistidos, los más afectados por las crisis regionales”.
u En otro párrafo le recuerda a Lavagna que alrededor de la mitad de los redescuentos que el Nación solicitó al Banco Central corresponden a fondos transferidos al Tesoro, fundamentalmente durante el año pasado, para cubrir su déficit. “En su momento, el Banco Nación, a pedido de ese Ministerio, suscribió Letras del Tesoro Nacional con fondos provenientes del Banco Central, realizando operaciones de pase con el mismo. Estos pases fueron reemplazados por adelantos transitorios (redescuentos) cuyo nivel alcanza a la suma de 3576 millones de pesos”, afirma. Y, de paso, le reclama al ministro que tramite ante el Banco Central la “compensación de las operaciones”; es decir, poder cancelar con las Letras en cartera de la entidad los redescuentos otorgados por el Central. Hasta tanto el Nación no cancele esos redescuentos no puede legalmente otorgar nuevos créditos.
u Pericoli enumera también la larga lista de deudas impagas que el Tesoro nacional mantiene con el Banco: por ejemplo, una deuda por 1174 millones de pesos, que “hasta el mes de marzo el Estado vino cumpliendo”. Pero que desde el 24 de mayo último dejó de pagar, “a consecuencia de las instrucciones impartidas por el señor Ministro de Economía”, amparándose en la ley de Emergencia Económica.
u Finalmente, el titular del Nación ni siquiera le concede a Lavagna la chance de que desprenderse de las compañías vinculadas sea una buena idea. “Respecto de las compañías vinculadas cabe señalar que en todos los casos responden a emprendimientos estratégicos del Banco, que se han tenido en cuenta al momento de la formulación de los objetivos comerciales”, retruca.

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