ECONOMíA › EL REABASTECIMIENTO DE ALIMENTOS TRAS EL LOCKOUT LLEGA CON SUBAS DE PRECIOS DE HASTA 50 PUNTOS
El kilo de pollo a 10 pesos, el de asado a 17, la nalga a 21, frutas y verduras con subas de hasta 40 por ciento y bolsas de harina con ajustes de hasta 100 por ciento es lo que aparece tras 21 días de protesta agraria. El Gobierno promete intervenir para frenar especulaciones.
› Por Sebastián Premici
A dos días de finalizado el lo-ckout agropecuario, los supermercados –grandes y chicos– y los almacenes de barrio comenzaron a recibir nuevamente la visita de sus proveedores con dos noticias bajo el brazo, una buena y otra mala. La primera, que el desabastecimiento de alimentos está quedando atrás, y la mala, que existe una dispersión de precios en los cortes de carnes, pollo, harinas, frutas y verduras que oscilan entre un 30 y 50 por ciento por arriba de los valores fijados antes del comienzo del conflicto entre el campo y el Gobierno. Distintas asociaciones defensoras de los consumidores denunciaron a Página/12 actitudes especulativas por parte del sector comercial. Desde el Gobierno indicaron a Página/12 que Guillermo Moreno, secretario de Comercio, se reunirá en los próximos días con los diferentes sectores para “monitorear la evolución de los precios”.
El Mercado de Hacienda de Liniers recibió ayer 1100 cabezas de ganado y para hoy esperan recibir aproximadamente 20.000 cabezas más. El promedio mensual de faena en Argentina es de 1.200.000 cabezas, pero a raíz del lockout, en marzo se faenó un 50 por ciento menos, es decir que existen aproximadamente 600.000 cabezas de ganado a la espera de ser comercializadas. Una vez que esto ocurra, diferentes especialistas consultados por este diario indicaron que los precios deberían estabilizarse. Mientras tanto, cada consumidor paga lo que encuentra.
Un relevamiento realizado por la asociación de consumidores Deuco comprobó que en las carnicerías donde llegó carne vacuna, el precio del asado es de 17 pesos el kilo, cuando el valor acordado con el gobierno es de 10 pesos. La nalga que se usa para hacer milanesa se ofrece a 21 pesos, contra los 14 que pactó Moreno apenas días antes del inicio del lockout. Mientras que en los grandes supermercados, sólo se encuentran los cortes más caros, como la bola de lomo (20 pesos), bife angosto (19 pesos) y la colita de cuadril, a 22 pesos.
“Los primeros días después del lockout serán una anarquía para el sector de la carne. En estas situaciones aparece lo mejor y lo peor de cada comerciante, donde los precios aumentan y los consumidores pagan lo que quieren pagar. Esta es una distorsión que se da en toda la cadena de valor, muy difícil de controlar”, afirmó a Página/12 Miguel Schia-ritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne. Susana Andrada, titular del Centro de Educación al Consumidor, señaló que durante el lockout los precios de la carne aumentaron 50 por ciento y que muchos empresarios –sin mencionar quiénes– especulan con retrotraerlos sólo en un 30 por ciento, dejando un margen extra de ganancia en comparación con los precios establecidos a principios de marzo. “Antes del lockout, los precios acordados con el Gobierno no se respetaban en su totalidad. En donde nos quieran cobrar un disparate, hay que actuar”, graficó Andrada.
Entre el lunes y el martes de la semana que viene, el abastecimiento de carnes, frutas y verduras estaría normalizado, en cantidad y calidad. Mientras tanto, el escenario de precios queda para la especulación. Sandra González, titular de Adecua, advirtió que los precios de algunos productos de la canasta básica como los lácteos (y sus derivados), la carne, los pollos, huevos y pan deberán normalizarse una vez que la oferta sea abundante. “El que tenga los precios por encima de los acordado dentro de tres días, es porque quiere ganar más de la cuenta. No discuto que quieran ganar plata, pero sí advierto sobre posibles abusos en estos días”, señaló González.
Por su parte, Juan Vasco Martínez, presidente de la Asociación de Supermercados Unidos, entidad que nuclea a cadenas como Wal Mart, Carrefour, Jumbo, entre otras, afirmó a Página/12 que no se tocarán los precios, ya que se respetarán todos los acuerdos alcanzados con Guillermo Moreno, aunque desde las diferentes asociaciones de consumidores denuncian que en esas cadenas sí hubo aumentos. “Si existe afluencia de oferta, los precios se mantendrán”, aseguró Vasco. En tanto, Alberto Guida, presidente de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, reconoció que así como el precio de los pollos llegó a ubicarse esta semana en los 10 pesos, la semana que viene deberán bajar. “Cualquier aumento sostenido en el tiempo es pura especulación”, graficó Guida.
Durante los 21 días que duró el lockout agropecuario, los precios de frutas y verduras alcanzaron alzas de entre 30 y 40 por ciento; mientras que los productos avícolas marcaron subas del 60 por ciento. Para Consumidores Libres, cuyo titular es Héctor Polino, la dispersión de precios depende de cada barrio y de la voluntad de cada comerciante. “Cada uno trata de resarcirse del perjuicio económico que tuvo en todos estos días. Los aumentos no sólo vienen desde los productores sino que toda la cadena de valor está distorsionada”, aseguró a Página/12.
Un caso paradigmático es el del pan. En La Plata, algunos industriales panaderos tuvieron que comprar una bolsa de harina a 100 pesos (mientras que lo normal son 43 pesos), lo que provocó un aumentó de casi el 100 por ciento del pan. “Puede ser que durante la semana pasada algún vivo haya cobrado un poco más por la bolsa de harina, pero oficialmente la harina no aumentó”, aseveró Alberto España, titular de la Federación de la Industria Molinera, quien aseguró que se mantendrá el acuerdo con el Gobierno ya que la molinería es uno de los sectores que recibe compensaciones por la comercialización interna de esta materia prima.
En búsqueda de un normal abastecimiento de frutas y verduras para abastecer el mercado local, el Mercado Central operará mañana de manera extraordinaria. Ayer ingresaron 300 camiones a ese mercado, el triple de lo habitual para un jueves. En los puestos, los compradores conseguían el kilo de papa a 0,51 peso (la bolsa llegó a pagarse 100 pesos), el bolsón de 20 kilos de zanahorias a 25 pesos –cuando supo estar a 100 pesos durante el lockout– y la lechuga a un peso el kilo. En tanto, la actividad también comenzó a normalizarse en los tambos y en los puertos cerealeros, donde decenas de camiones arribaron desde muy temprano con cargas de granos y oleaginosas, permitiendo el abastecimiento a buques y a la industria molinera. Como otra medida extraordinaria, el Mercado de Liniers también trabajará el sábado. Los operadores de este circuito indicaron que hay “más de 90 mil animales en condiciones de salir a la venta”, en particular los procedentes de feedlots (engorde a corral), que podrán remitirse a Liniers en los próximos días.
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