ECONOMíA › MAñANA ES LA ASAMBLEA ANUAL DE TELECOM
› Por Fernando Krakowiak
Telecom Argentina realizará mañana su Asamblea General Ordinaria para aprobar el balance 2007 y designar nuevos directores en medio de la peor interna que haya vivido la empresa desde que inició sus operaciones, en noviembre de 1990. La disputa es entre Telecom Italia, accionista mayoritario, y su socio local, el Grupo Werthein. Se enfrentaron el año pasado cuando Telefónica compró acciones en Telecom Italia. El vicepresidente, Gerardo Werthein, sostiene que el desembarco de los españoles condicionó la toma de decisiones en la filial local, dando a entender que el mercado quedó monopolizado. Mientras que el presidente, Carlos Felices, designado por Telecom Italia, afirma que la fusión no impactó en el país. La asamblea de mañana servirá para ver cómo mueven sus fichas los italianos ahora que tienen a Telefónica de socios.
Los españoles adquirieron el año pasado el 5,6 por ciento de las acciones de Telecom Italia en forma directa a través de la sociedad Telco y el 18 por ciento restante en forma indirecta, mediante la adquisición de la compañía Olimpia a Pirelli, totalizando el 23,6 por ciento. Los directores que reportan a Italia le quitaron trascendencia a la operación europea al asegurar que la participación de Telefónica es minoritaria. Sin embargo, Pirelli no era un accionista más dentro de Telecom Italia sino el que controlaba la empresa. Por lo tanto, si Telefónica reemplaza a Pirelli la que pasaría a ejercer ese control es Telefónica.
Otro indicador que refleja la importancia que tenía Pirelli son las designaciones que realizó en Telecom Argentina. Los directivos que ingresaron de su mano fueron Oscar Cristianci, director titular; Jorge Firpo, director suplente; Guillermo Gully, director general corporativo; José María Peña Fernández, director de Abastecimiento; Eduardo Varela, gerente de Real State; y Rubén Papini, gerente de Logística; entre otros.
A Telefónica le corresponde ocupar esos casilleros, tal como hizo Pirelli en su momento, pero hasta que el Gobierno no resuelva qué va a hacer frente a esta situación, los españoles no quieren llamar la atención, pues su principal argumento es que no incidirán en la toma de decisiones, de lo contrario se podría obligar a Telecom Italia a desprenderse de su filial argentina. Lo más probable es que Cristianci termine afuera de todos modos. Su reemplazante no sería un hombre de los españoles sino Franco Livini, un histórico de la empresa, hábil negociador, que reporta a Italia y tiene buena relación con Julio Werthein, patriarca de ese grupo empresario. Jorge Firpo también se iría.
La situación del resto es incierta. Se especula con una posible salida del presidente, Carlos Felices, para descomprimir el enfrentamiento con los Werthein, pero hasta el viernes era sólo un rumor. Llamativamente, el director general corporativo, Guillermo Gully, podría quedar bien ubicado, pese a ser un ex Pirelli, porque viene haciendo buena letra para los italianos. Según fuentes de la empresa, fue uno de los directivos que presionaron a sus pares y subordinados, a pedido de Felices, para que se desdijeran de las declaraciones formuladas ante los veedores estatales y desacreditar así las conclusiones del informe oficial que perjudica a los italianos. Página/12 reveló el viernes que los Werthein denunciaron esa presión ante la Justicia, pero en la presentación sólo acusan a Felices. Otro que podría ocupar una posición más relevante en la empresa es el director de Marco Regulatorio, Edmundo Poggio. Durante la gestión Pirelli, Poggio quedó relegado, pero tiene muy buena relación con hombres clave del Gobierno y eso es lo que están necesitando los italianos en este momento.
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