El presidente de Telecom Argentina, Carlos Felices, confirmó ayer en una carta dirigida a la Bolsa de Comercio que no seguirá al frente de la compañía. Su figura se desgastó de manera acelerada en los últimos meses debido al enfrentamiento que mantuvo, como representante de Telecom Italia, accionista principal, con el Grupo Werthein, socio local, desde que Telefónica se asoció con los italianos. El vicepresidente, Gerardo Werthein, sostiene que el de-sembarco español provocó un virtual monopolio en el mercado de telecomunicaciones. Felices, en cambio, afirmó que la fusión no impactó en el país. Esa pelea involucró al gobierno e incluso llegó hasta la Justicia donde los Werthein acusaron a Felices de haber ejercido “indebidos actos de presión” sobre los gerentes para que se expresen en sintonía con su postura, tal como reveló Página/12 el viernes. La asamblea de accionistas elegirá hoy a su reemplazante y se espera que los italianos introduzcan otros cambios en el directorio.

Los empresarios suelen reconocer en privado que las internas son habituales en las grandes corporaciones. Sin embargo, en el caso de Telecom parecen haber ido más allá de lo acostumbrado y lo llamativo es que los detalles de los sucesivos enfrentamientos han trascendio a la prensa, horadando la imagen de la firma y de sus principales directivos. Lo que ocurre es que la interna de la empresa refleja en verdad la disputa por el control de un mercado de telecomunicaciones que factura casi 25 mil millones de pesos y donde también quieren comenzar a pisar fuerte otros jugadores. Si el Gobierno comprueba que Telefónica incide en el proceso de toma de decisiones de su principal competidora, podría obligar a Telecom Italia a desprenderse de Telecom Argentina dejándole el camino libre al Grupo Clarín o a la mexicana Telmex, propiedad del magnate Carlos Slim.

Los directores de Telecom que reportan a Italia le quitaron trascendencia a la operación europea al asegurar que la participación de Telefónica es minoritaria. Sin embargo, en octubre el Estado designó dos “veedores observadores” que, luego de cuatro meses de trabajo, elevaron un informe favorable a los Werthein de donde se desprende que los españoles tienen incidencia en la toma de decisiones.

En las últimas semanas, Felices intentó desacreditar las conclusiones de ese informe pidiéndoles a varios directivos que rectifiquen ante un escribano la declaración que habían hecho frente a los veedores oficiales. Werthein denunció esa presión ante el Juzgado Comercial Nº 16, a cargo de Gastón Polo Olivera. La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) también fue alertada de la maniobra y decidió convocar a los directivos que supuestamente habían sido intimidados. Una fuente de la empresa informó a Página/12 que el personal ratificó ante la CNDC la declaración hecha ante los veedores y denunció las presiones de Felices. La CNDC envío esas declaraciones al Juzgado Nº 12 para que investigue el hecho, dejando a Felices en una situación insostenible dentro de la empresa. El desplazamiento se iba a conocer hoy, pero Felices se vio obligado a confirmar su salida luego de que ayer el diario Clarín la diera por confirmada, aunque aclaró que lo que hizo no fue renunciar sino solicitar no ser nominado para la reelección. Igual tiene motivos para festejar: recibirá más de un millón de dólares en concepto de honorarios e indemnización.

Quien tiene más posibilidades de reemplazarlo es Enrique Garrido, un director que también responde a los italianos y tuvo fuertes cruces con los Werthein durante el último año, aunque sin quedar tan expuesto como Felices. Otra opción es Franco Livini, un histórico de la empresa, que tiene cerca de 80 años, pero es considerado un hábil negociador que mantiene una buena relación con Julio Werthein, patriarca de ese grupo, y con el mundo empresario en general. La llegada de Livini sería vista como una transición para tratar de calmar los ánimos. A este empresario también se lo menciona como candidato al directorio, en reemplazo de Oscar Cristianci, en caso de que Garrido sea electo presidente. Del lado de los Werthein, no se esperan grandes novedades. Gerardo, actual vicepresidente, seguirá comandando los intereses del grupo dentro de la compañía.