Con todos los reparos que les caben a los comunicados del Indec, ayer se informó que la desocupación bajó en el primer trimestre del año. Se ubicó en 8,4 por ciento, frente a 9,8 de igual período de 2007. Si se considera como desempleados a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar, la tasa se mueve mucho menos que otras veces: salta a 8,6 por ciento en las dos versiones de análisis de esos datos que realiza el Indec. La subocupación también experimentó un fuerte descenso interanual, de 9,3 por ciento en el primer trimestre del año pasado a 8,2 entre enero y marzo pasados. Sin embargo, todas estas cifras no pueden ser contrastadas porque el Indec no publica desde hace un año las bases de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).

A partir del segundo trimestre de 2007, la conducción del Instituto que responde al secretario Guillermo Moreno dejó de entregar la información desagregada que surge de la EPH, referida al nivel de ingresos de la población, la evolución de las remuneraciones y la calidad de los empleos, entre muchos otros ítem. Un cruce de esos datos con otros indicadores de la EPH que sí se informan permitirían a expertos del sector privado o de universidades testear si el dato de desocupación es consistente o no. “En esto no hay excusas. No es como el tema de la inflación, que dicen que no pueden transparentar las cifras porque la deuda está indexada por el IPC. Acá si no publican las bases es porque no quieren”, cuestionó ante Página/12 el investigador Javier Lindenboim, investigador principal del Conicet y profesor de la UBA.

La reducción de 1,4 punto en la tasa de desocupación en el primer trimestre respecto de igual período de 2007 (de 9,8 por ciento el año pasado a 8,4 ahora) guarda relación con el ritmo de caída que venía teniendo el desempleo en el último año. La baja interanual había sido de 1,2 punto en el cuarto trimestre, de 2,1 puntos en el tercero, de 1,9 en el segundo y de 1,6 en el primero. Fuentes oficiales señalaron que la creación de puestos de trabajo se mantuvo firme en lo que va del año, a lo que se agrega una leve caída en la cantidad de personas que buscan empleo, lo cual también aportó para una baja de la desocupación.

La tasa de actividad –calculada como porcentaje entre la población económicamente activa y la población total– se ubicó en 45,9 por ciento en el primer trimestre, contra 46,3 por ciento de igual período del año pasado. Esa baja indica que hubo menos gente demandando empleo, lo que tiene distintas interpretaciones posibles. Una de ellas es que frente a un escenario de mayor estabilidad laboral y de mejora en el ingreso del jefe de hogar, la esposa y los hijos dejan de buscar trabajo. Lindenboim no descartó que el número pueda haber sido manipulado. Como se considera desocupados a quienes buscan empleo y no lo consiguen, los que se retiran del mercado laboral no son tomados como desempleados, y eso ayuda a una caída en la tasa de desocupación.

La tasa de empleo, a su vez, subió a 42,0 por ciento en el primer trimestre, contra 41,7 del mismo lapso de 2007. Eso quiere decir que hay más gente ocupada. En números absolutos, sobre los 31 aglomerados urbanos relevados por el Indec, se encontraban con trabajo en el primer trimestre 10.216.000 personas (168.000 más que en el primer trimestre de 2007). En tanto, los desocupados eran 938.000, 155.000 menos que un año atrás. Y los subocupados totalizaban en el primer trimestre 911.000, 126.000 menos que en el primer trimestre de 2007. Las cifras corresponden a una población urbana de 24.297.000 personas.

En comparación con el cuarto trimestre de 2007, la desocupación subió, ya que en ese momento se encontraba en 7,5 por ciento y ahora se ubica en 8,4. Sin embargo, ésa no es la comparación correcta, ya que existen factores estacionales que determinan que en el cuarto trimestre haya más gente ocupada que en el primero. Hay producciones rurales y trabajos temporarios de docentes y otros sectores que terminan al llegar las fiestas y reaparecen recién en el segundo trimestre.