Mié 28.05.2008

ECONOMíA  › CINCO AñOS MáS DE COMERCIO BILATERAL ADMINISTRADO DE AUTOS CON BRASIL

La industria tiene más tiempo

Los autopartistas, en especial, serán los más beneficiados por el acuerdo que rubricarán los responsables del área industrial de Argentina y Brasil. A mediados de año se debería liberar el comercio de autos, pero se pactó extender un lustro más el régimen compensado.

La negociación de un nuevo acuerdo comercial automotor para Argentina y Brasil llegó a la etapa de definiciones. Pasado mañana, una reunión tendrá como protagonistas al secretario de Industria, Fernando Fraguío, y a su par brasileño, Ivan Ramalho. En ese encuentro, los funcionarios buscarán definir los detalles que aún restan para rubricar el convenio. No obstante, ambos reconocen que los temas más conflictivos pudieron superarse: Brasil permitió más protección a la Argentina, que le retribuyó con la esperanza de trabajar hacia el libre comercio en el sector.

Pautada en un principio para hoy, la reunión se postergó para pasado mañana, en Buenos Aires. En esa instancia, los titulares de las carteras industriales de ambos países podrán cerrar un proceso de negociación que comenzó en febrero, y que servirá para reemplazar el actual régimen que vence el 30 de junio próximo. Entre los puntos sobre los que ya existe acuerdo, el más importante es la posibilidad de contar con un esquema “flex de convergencia”. El flex es un coeficiente que indica cuánto un país tiene permitido importar por cada dólar exportado. En junio, cuando se cierre el nuevo mecanismo, la fórmula quedará en 1,95. Esto es, por cada dólar que la Argentina exporte se le permitirá importar 1,95 dólar. Además se aplicará, por primera vez, un flex que puede ser 2,5 o 2,6 para Brasil. “Con este esquema administrado se permite al país exportar más de lo que los brasileños pueden vendernos a nosotros”, aseguró a este diario con entusiasmo el director ejecutivo de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Fernando Rodríguez Canedo.

Como contraparte, la Argentina se comprometió a revisar en cinco años la posibilidad de liberar por completo el comercio bilateral. Todo dependerá entonces del diagnóstico que haga el Comité Evaluador, que se creará con el nuevo régimen, de la situación del sector en ambos países. La comisión estará integrada por representantes del ámbito público y privado. Este último por terminales y autopartes. Si bien en el encuentro anterior no se conocieron cuáles son los rubros en los que se concentrará el análisis, el secretario de Industria confirmó a Página/12 que las variables que se monitorearán serán “el intercambio comercial, el nivel de producción y el de inversión” de cada país. Sólo en el caso de que no se haya perdido competitividad y el sector autopartista se encuentre sólido, la Argentina estará dispuesta a liberar el mercado doméstico. Hasta tanto se irán realizando revisiones trimestrales de la situación económica.

El desafío que se plantea Fraguío es poder utilizar el lustro para fortalecer la industria con políticas internas que permitan liberar el comercio sin perjuicio de ningún eslabón de la cadena productiva. Desde Industria, junto con el Banco Nación y la Agencia Nacional de Inversiones, avanzan en un programa de financiamiento para autopartistas. La semana pasada la presidenta Cristina Fernández anunció un plan que contempla reintegros para terminales que utilicen componentes nacionales, y que fue enviado al Congreso para su tratamiento. En esa línea, la titular de la agencia de inversiones ProsperAr, Beatriz Nofal, anticipó ayer, durante un encuentro organizado por la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), que en breve se llevará al recinto legislativo un proyecto de “seguro de tasa de interés”. Se subsidiará hasta seis puntos de la tasa a los bancos que presten para inversión, por lo que la entidad estudia la creación de un fideicomiso por 120 millones de pesos para llevar adelante la iniciativa. El objetivo es lograr reducir el déficit comercial de 4000 millones de dólares en autopartes en 2007, según sostuvo Nofal.

A pesar de los anuncios, los autopartistas no se dejan seducir y siguen escépticos a la hora de evaluar el potencial del sector. “Lo que se necesita es que se genere un esquema que asegure la fabricación de modelos de autos en el país y, simultáneamente, una política específica de autopartes”, dijo a este diario el gerente general de AFAC, Juan Cantarella. El temor de los fabricantes de componentes radica en otra de las concesiones que dio la Argentina con el objetivo de renovar el control de las importaciones: la posibilidad de que empresas brasileñas se instalen en el país. Si bien se busca que fabricantes de ambos países generen alianzas estratégicas, en algún tipo de “joint venture”, desde AFAC advierten sobre el peligro de que los “brasileños sigan comprando empresas argentinas, aprovechando el tipo de cambio y la coyuntura favorable”. El temor se intensificó en los últimos días al conocerse que el gobierno de Lula destinará cerca de 147.000 millones de dólares en créditos productivos para la industria a través del Bndes. Funcionarios del equipo económico reconocen que esa noticia causó “algo de espanto”, ya que la cifra casi triplica el stock de reservas internacionales en poder del Banco Central.

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