La deuda pública argentina es 55 mil millones de dólares mayor a lo que dicen los números que divulga el Gobierno. Así, la deuda pública consolidada (nación y provincias) no es de 113 mil millones como asegura el Ministerio de Economía sino de casi 170 mil millones de dólares. Quien efectúa tal aseveración no es un economista académico sino Daniel Marx, quien fuera hasta diciembre pasado el viceministro de Economía de Cavallo y el hombre que durante buena parte de la última década se ocupó de negociar con los acreedores.
Los cálculos de Marx circulan entre los principales banco de inversión extranjeros, incluido en un documento titulado de manera modesta: “Argentina: temas de la deuda”. Una copia de ese informe, que modificaría todos los supuestos en que se basan las proyecciones económicas para los próximos años, ya está en el escritorio del ministro Roberto Lavagna. En el equipo económico están analizando uno a uno los números confeccionados por el ex viceministro de Cavallo. Temen lo obvio. Si fueran correctos, el próximo gobierno podría denunciar un verdadero escándalo: el legado oculto de 55 mil millones más de deuda pública. Con semejante pasivo, no hay número que cierre para la próxima administración. Ni la más agresiva renegociación con los acreedores podría evitar que la bomba de la deuda volviera a estallar en el corto plazo.
Los principales puntos del documento secreto son los siguientes:
- En el Boletín Fiscal, al 31 de marzo pasado, figura que la deuda pública consolidada es de 112.616 millones de dólares.
- La “estimación propia” de Marx es que la deuda a esa fecha ascendía a 166.574 millones. Es decir: 53.958 millones más que el cálculo oficial.
- De ese monto, unos 16.631 millones de dólares corresponden al “nuevo endeudamiento” asumido por Duhalde: unos 11.763 millones en bonos de compensación por la pesificación asimétrica a los bancos y otros 4868 millones en bonos a los ahorristas, netos de los bonos entregados por los bancos al Gobierno. El cálculo no incluye el bono de 10.000 millones de dólares que el Gobierno prevé emitir para compensar a los bancos por sus deudas con el exterior.
- El resto de la deuda no contabilizada corresponde a pasivos del gobierno nacional y de las provincias con acreedores privados.
- Teniendo en cuenta una inflación anual del 80 por ciento y un tipo de cambio del 4,20 en diciembre (ése es el pronóstico de Marx), el PBI a fin de año rondaría los 100 mil millones de dólares. Así, la relación deuda/PBI sería del 170 por ciento.
- A fines del año pasado representaba “apenas” el 54 por ciento. Pero ya con ese nivel de endeudamiento los acreedores desconfiaban de que el Gobierno pudiera repagar sus créditos y, por eso, se desprendieron durante todo el año de papeles de la deuda argentina, haciendo volar el recordado “riesgo país”.
De los resultados del “informe Marx” se desprende que el próximo gobierno debería negociar con los acreedores una fuerte quita (¿70 por ciento?) de la deuda, si quisiera no volver a caer en cesación de pagos a poco de andar. Pero además, tendría que negociar varios años de gracia hasta empezar a pagar, si no el ajuste fiscal necesario para cumplir con los vencimientos debería ser muy superior a todos los aplicados en la década pasada.