ECONOMíA › LOS BANCOS OFRECEN HASTA 20 POR CIENTO POR UN PLAZO FIJO
La inflación y la tensión política encarecen el costo del dinero y dificultan la tarea del Banco Central. El dólar bajó a 3,04, pero sigue habiendo demanda. El sistema financiero, de todos modos, se muestra sólido.
› Por Cristian Carrillo
Reconocen que es una tarea de precisión milimétrica, pero los analistas consultados también coinciden en que la intervención del Banco Central para bajar las tasas de interés es fundamental. Con un mercado internacional en ebullición y un conflicto interno (por las retenciones móviles) que aviva la llama, los bancos intentan seducir a los ahorristas con rendimientos de hasta un 20 por ciento para un depósito a 180 días, mientras la entidad que conduce Martín Redrado fija su objetivo en reducir el costo del dinero. Lejos de responder a un problema de liquidez, las altas tasas son el resultado de la preferencia de los individuos por quedarse en efectivo o adelantar compras, ante una inflación que estiman mayor al rendimiento que ofrece cualquier entidad. La demanda sostenida de dólares, en tanto, es un misterio para los analistas, mientras la cotización sigue cayendo. Ayer bajó otro centavo, a 3,04.
La venta oficial de dólares en la plaza cambiaria generó una contracción de la liquidez del sistema. No obstante, con los actuales niveles del dólar y con los valores a futuro por debajo del precio de contado, el efecto que prima es el desincentivo cambiario. La estrategia, incluso, sirvió para que los bancos armen sus carteras con dólar a término y vendan los billetes verdes en el mercado. La señal que busca dar el Central es que “las actuales tasas no pueden convalidarse con un dólar en torno de los 3 pesos”, afirmó un especialista del entorno de Redrado.
Otro de los factores que impacta en los rendimientos que están obligados a ofrecer las entidades es la inflación. Más allá de la información oficial que publica el Indec, la percepción del público es que por una tasa menor al 20 por ciento no tiene demasiado sentido inmovilizar el dinero. “Nadie quiere depositar por debajo de la inflación, porque sabe que, cuando saque la plata, perdió”, dijo a PáginaI12 el consultor Orlando Ferreres.
La necesidad de absorber el exceso de liquidez del sistema financiero lleva a la puja de tasas. De todas maneras, los rendimientos que ofrecen los bancos apenas representan la mitad de lo que cobran por sus préstamos. “Las tasas activas también subieron mucho”, agregó Ferreres. Un breve recorrido por las principales líneas de crédito bancarias muestra un rango de tasas que va desde el 33 al 42 por ciento para préstamos personales, los que más crecieron en el último tiempo. El Francés ofrece una tasa efectiva anual de 41,4 para un préstamo a cinco años; el Santander Río, de 43; el Credicoop, de 34,5, y el Ciudad, de 33,2, pero a cuatro años.
Los bancos enfrentan también mucha competencia para captar el ahorro de la gente. La presión la ejercen instrumentos como los cheques de pago diferido, que ofrecen hasta un 17,6 por ciento a 90 días; las cauciones, con 14 por ciento a 30 días, y los fideicomisos, con hasta un 28. El dólar, en tanto, sólo es una opción sin demasiado sustento. “No es para hacer negocio, es un tema medio mítico, un reflejo condicionado de la gente”, explicó Ferreres.
“El sistema está sólido en términos de capital y liquidez”, aseguró a este diario un ex miembro del gabinete asesor del Palacio de Hacienda. “Las tasas van a bajar, aunque no a los niveles previos”, estimó. “La Badlar va a estar en 12, no en 8 ni en 18”, pronosticó. Por su parte, el economista jefe del Credicoop, Alfredo García, aseguró que “el deseo por quedarse con la liquidez del sistema lleva a ofrecer estas tasas”.
Al momento de comparar la situación actual con lo que se vivió previo a la crisis, los especialistas coinciden en que el panorama es completamente otro. “La liquidez del mercado es mucho más alta de la que tuvo en años anteriores. Siguen aumentando los pases entre las entidades y hay depositantes institucionales que, efectivamente, creen que es una buena combinación de tasas y plazos para colocar plata en el sistema”, diagnosticó García. A diferencia de fines de 2001, los depósitos están calzados en la misma moneda y plazos cortos, mientras que las tasas dan margen operativo a los bancos. En ese sentido, la tasa por un depósito a 30 días en aquel entonces ofrecía un rendimiento de 76,7 por ciento anual, mientras que estaban paralizados los préstamos. “No olvidemos las reservas del Central (ayer finalizaron en 47.551 millones de dólares), que si se las convierte a pesos superan los depósitos del sistema financiero”, concluyó el economista del Credicoop.
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