El Gobierno dispuso ayer comenzar a gravar la renta financiera, un área que había sido eximida y privilegiada durante la década de los ‘90. Empezó por los fideicomisos financieros y no se descarta que abra el juego al resto de los instrumentos que, por su complejidad, merecen un estudio más detallado. El decreto establece que deberán pagar el impuesto a las Ganancias, del 35 por ciento, los emisores de fideicomisos, según lo publicado ayer en el Boletín Oficial. Si bien el tributo alcanzará a casi todas la emisiones, recaerá con mayor fuerza en las vinculadas al consumo. Estos fideicomisos habían sido desgravados en 1998 durante el gobierno de Carlos Menem. Quedan excluidos del impuesto los fondos vinculados a la realización de obras de infraestructura afectadas a la prestación de servicios públicos. Los especialistas consultados prevén un leve encarecimiento del crédito en las casas de electrodomésticos.

El impuesto ya existía, pero este tipo de fondos fue eximido durante el menemismo. El decreto con el que se elimina esa exención, que lleva la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y del ministro de Economía, Carlos Fernández, busca “lograr un mayor equilibrio fiscal en la redistribución de la carga tributaria”. Con el foco en los

pools de siembra, la iniciativa surgió del titular del Palacio de Hacienda para recuperar recursos que se perdían en un sector de altas ganancias que no está gravado. De todos modos, la participación de este segmento en el total es de menos de 5 por ciento, mientras que tres cuartas partes corresponden a crédito al consumo.

“Hay algunas piruetas que se hacían con los fideicomisos de consumo para sacar de balance las ventas y no pagar ganancias, por lo que la medida está muy bien, aunque extenderlo más empezaría a ser un problema y se caería en el tema de la ‘doble imposición’”, dijo a PáginaI12 Camilo Tiscornia, titular de la consultora Castiglioni, Tiscornia & Asociados. Por su parte, el economista Lucas Llach expresó su apoyo a “gravar la renta financiera porque es un ingreso oneroso”, aunque sostuvo que debería exceptuarse para el caso de acciones.

“No entiendo por qué los fideicomisos sí y otro tipo de instrumentos no, siendo que los primeros tienen un sentido más productivo y con impacto en la actividad económica”, manifestó en diálogo con este diario. A la hora de identificar objetos y sujetos plausibles de tributo se refirieron a bonos y grandes depósitos. “También podrían gravarse las ganancias de capital, por ejemplo sobre el resultado de una compraventa de acciones o, incluso, de una empresa”, agregó Llach. Los consultados consideraron además que así podría eliminarse el impuesto al cheque o que se deduzca de Ganancias.

Según un estudio de la consultora Deloitte, los activos subyacentes más utilizados en los fideicomisos nominados en pesos son los préstamos personales y cupones de tarjetas de crédito. Los mismos concentraron el 83 por ciento de la emisión de 2007 en comparación con el 30 por ciento de 2003. El resto se distribuyó entre préstamos comerciales para el agro, leasing y prendarios principalmente. El incremento sobre los fideicomisos relacionados con el consumo puede “explicarse como el reflejo del crecimiento que ha tenido el mismo en la economía del país”, según explica el informe.

Un cálculo del sector estima que el impuesto, sobre la base del stock de 2007, generará una recaudación cercana a los 350 millones de pesos. “Era una medida que se esperaba para noviembre del año pasado y no salió”, consideró Mariana De Mendiburu, analista de Compañía Inversora Bursátil. En la última década, las emisiones de estos instrumentos sumaron un total de 38.000 millones de pesos. El monto comprende más de 700 series emitidas y 170 fiduciantes (sector que le da origen). Sólo el año pasado se lanzaron 212 nuevas series en pesos, por un monto de 8218,9 millones de pesos.

Con la decisión se vuelve a abrir el debate sobre gravar el resto de los activos financieros. El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández había deslizado que quedaba pendiente trabajar sobre “el tema de la renta financiera”. Se trata también de un área la que han insistido varios legisladores kirchneristas y de la oposición.