Mar 12.08.2008

ECONOMíA  › EL INDEC INFORMó AYER QUE EN JULIO LA INFLACIóN FUE DE APENAS 0,4 POR CIENTO, LA MáS BAJA DEL AñO

Un índice de precios para el asombro que genera dudas

El nuevo IPC volvió a sorprender y se ubicó por debajo de los pronósticos más moderados, pese a medir el mes de las vacaciones de invierno. Alimentos y bebidas cayó 0,8.

El índice de inflación continúa sorprendiendo. Según el Indec, en julio los precios subieron apenas 0,4 por ciento y el rubro Alimentos y Bebidas registró un descenso de 0,8 por ciento. La Canasta Alimentaria, en tanto, bajó 2,5 por ciento (ver aparte). Como el informe oficial ya no incluye un listado con los precios de los principales productos relevados, sino que sólo da cuenta de su variación porcentual, no hay forma de contrastar los datos. No obstante, las consultoras privadas que realizan relevamientos de precios afirman que la inflación “real” del mes se ubicó entre 1,5 y 1,8 por ciento.

Julio es un mes en el que los precios suelen aumentar por las vacaciones de invierno, pero, según las cifras oficiales, en esta ocasión se registró la inflación más baja del año. De este modo, el índice acumula 5 por ciento en 2008 y 9,1 por ciento con respecto a igual mes del año pasado, aunque en ningún momento se realizó un empalme entre la antigua serie del IPC y la que empezó en mayo.

Estos datos evidencian una supuesta desaceleración, justo en el mismo momento en que la mayoría de los economistas ortodoxos y heterodoxos, oficialistas y opositores, coinciden, paradójicamente, en que la suba de precios es uno de los principales problemas que debe atender el Gobierno para no poner en riesgo su capital político. Los privados, por ejemplo, estiman que la inflación de los últimos 12 meses oscila entre 15 y 25 por ciento, según el caso, pero desde el Gobierno desestiman esas cifras. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien se encuentra de hecho a cargo del Indec desde diciembre de 2006, sostuvo el mes pasado durante una exposición en el Senado que las consultoras “vuelcan los resultados en función de quién les pague”.

La caída de 0,8 por ciento en Alimentos y Bebidas resultó el dato más llamativo de las cifras correspondientes a julio. Dentro de ese rubro, frutas subió 3 por ciento, seguido por “azúcar, miel, dulces y cacao” y “bebidas alcohólicas”, que empataron en el segundo lugar con 2,2; detrás quedaron los productos de panificación, cereales y pastas con 1,5. Sin embargo, el dato más relevante lo aportaron los aceites, que cayeron 20,2, y las carnes, que bajaron 4,8 por ciento. La baja del aceite podría deberse al acuerdo que firmó el Gobierno a fines de junio con las aceiteras y en el caso de la carne a algún reacomodamiento de precios posterior al lockout patronal del campo.

Por esos dos productos, Alimentos y Bebidas terminó dando negativo, aunque se desconoce cuál es la incidencia que tiene cada uno, porque el Gobierno nunca informó públicamente los cambios que introdujo con la reciente reforma del IPC. Hasta el día de hoy se desconoce cuál es la nueva canasta de bienes y servicios, cuáles son sus ponderaciones, cómo operan las canastas móviles y por qué se quitaron determinados bienes y servicios de la medición y se dejaron otros. Tampoco incidieron en la caída del 0,8 los precios de los alimentos que venden rotiserías y restaurantes porque el Indec ya no los releva.

Esparcimiento, por su parte, fue el rubro que lideró las subas con un 3 por ciento, fundamentalmente por el aumento de 6,4 por ciento registrado en turismo a raíz de las recientes vacaciones de invierno, aunque también hubo incrementos en los valores de diarios y revistas (2,1) y otros servicios (1,9 por ciento). Lo que ya no se informa son las variaciones en el precio de equipos, conexiones y servicios de audio, televisión y computación, juguetes y artículos para el deporte, flores y plantas.

El rubro Equipamiento y mantenimiento del hogar quedó segundo en el ranking de subas con un 1,5 por ciento, pero no se sabe a qué responde la variación porque no figura ninguna desagregación. En mayo, el Indec excluyó de esa medición la evolución del salario del personal doméstico y se dejaron de desagregar los datos sobre los aranceles de plomeros, gasistas y demás personal encargado de reparaciones.

Atención médica y gastos para la salud subió 1,1 por ciento, pero aquí tampoco se tiene ninguna otra precisión porque no hay más desagregación de los costos de medicamentos y prepagas, aunque las autoridades del Indec dijeron que se continúan midiendo.

El rubro Indumentaria quedó en cuarto lugar en el ranking de las subas de julio con un 0,9 por ciento. La ropa aumentó 0,6 y el calzado 1,4 por ciento. Esa es la única información disponible porque se dejaron de relevar los precios de accesorios (bijouterie, cinturones, carteras), telas, hilados y artículos de mercería y confección y reparación de ropa.

Vivienda y servicios básicos, por su parte, subió 0,8 por ciento, Transporte y comunicaciones 0,6 y otros bienes y servicios 1,4 por ciento. En este último rubro antes se detallaba el precio de cigarrillos, artículos de tocador y servicios para el cuidado de personas, entre otros. Ahora, en cambio, no figura ninguna desagregación. El Indec mide actualmente muchos menos productos porque la canasta de bienes y servicios se redujo en mayo de 818 variedades a 440, dejando de lado algunos gastos “suntuarios” de clase media y alta.

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