ECONOMíA
› INFORME SOBRE EL IMPACTO DE LA HIPERDEVALUACION EN LAS EMPRESAS
Ganadores y perdedores en la crisis
Techint y Pérez Companc, por su inserción internacional, son los grupos más beneficiados por la devaluación. Privatizadas, perdieron.
› Por Claudio Zlotnik
La devaluación dividió la suerte de las empresas: dejó ganadoras y perdedoras. La varita del éxito tocó a las exportadoras, que venden sus productos al extranjero, lógicamente en moneda dura. Si se toma en cuenta la facturación de las compañías, hay dos grupos económicos que aparecen como los más beneficiados por la ruptura de la convertibilidad: Techint y Pérez Companc. En el primer semestre del año, sus empresas controladas vendieron entre el doble y 3,4 veces más que hace un año. El motivo de tanta fortuna se debe a su importante inserción en los mercados externos.
De acuerdo con un informe elaborado por las consultoras Economática y M&S, al que accedió Página/12, las empresas que más incrementaron su facturación entre enero y junio últimos respecto de similar período del 2001 fueron las exportadoras. Esa realidad, no obstante, no se traduce automáticamente en una mayor rentabilidad ya que ésta depende no sólo de las ventas sino también de la exposición financiera de cada compañía: por ejemplo, cuál es su nivel de deuda y si los pasivos fueron pesificados o no. También resulta importante si la empresa en cuestión necesita adquirir insumos importados. En ese caso, su margen de rentabilidad se achicará en proporción al impacto de ese insumo en el producto terminado.
El documento de Economática y M&S se efectuó entre 40 empresas con oferta pública en la Bolsa de Comercio. Siderca, del grupo Techint, fue la compañía que más engrosó su facturación: un 239,6 por ciento, de 644 millones de pesos durante el primer semestre de 2001 a 2188 millones entre enero y junio de este año. Siderca coloca tubos sin costura en los mercados internacionales. La segunda posición del ranking está ocupada por la química Atanor, muy ligada a los insumos para el campo, que vio expandir sus ventas de 82,6 a 207,7 millones entre un año y otro, lo que implica una mejora del 151,4 por ciento.
Molinos, la alimentaria de la familia Pérez Companc, viene registrando un fuerte crecimiento desde que fue adquirida a sus anteriores dueños (Bunge & Born), a fines de 1997. Pero su mayor peso en los mercados internacionales, a través de la colocación de aceites, por ejemplo, fue determinante para que la facturación se multiplicara por 2,3 en el último año, de 305 a 694 millones en el semestre. En el cuarto puesto figura la petrolera Pérez Companc, con un aumento de las ventas de 112 por ciento, hasta los 1737 millones de pesos entre enero y junio. Otras exportadoras que ganaron con la devaluación fueron la limonera San Miguel –su facturación creció 67 por ciento–, la siderúrgica Siderar, también del grupo Techint (+97,2%); la molinera Juan Semino (+ 83,9%) y la papelera Ledesma (+46,5%). Las ventas al extranjero también fueron decisivas para la automotriz Renault. En medio de la debacle del sector, con ventas mensuales de apenas cinco mil vehículos en el mercado interno, la fabricante de origen francés incrementó su facturación en un 2,8 por ciento, a 359,4 millones de pesos en el primer semestre.
Los datos del informe, basados en los balances comunicados por las empresas a la Bolsa, son nominales. Es decir, no contemplan el impacto de la inflación. Salvo el caso de Renault, las demás compañías exportadoras registraron incrementos de su facturación superiores al índice inflacionario, que orilló 35 por ciento en los primeros ocho meses del año.
En el extremo opuesto a las exportadores se encuentran las privatizadas. Las otrora ganadoras del sistema son ahora las más perjudicadas por la devaluación. Sus tarifas fueron pesificadas y congeladas hasta nuevo aviso. Sin embargo, algunas –como Telefónica y Telecom– pueden zafar de la brusca caída del consumo interno aumentando algunos de sus servicios, como el de la telefonía celular. Este movimiento les permitió aumentar la facturación 12 por ciento a la española (1337 millones de pesos) y 3,1 por ciento a Telecom (1576 millones), por debajo a la inflación minorista. En cambio, registraron una caída en sus ingresos Metrogas (-3,2%) y CamuzziGas Pampeana (-8,3%). Gas Natural BAN quedó con una suba de apenas 0,4 por ciento.
Con una caída del Producto Bruto del 15 por ciento en la primera parte del año, la mayoría de las compañías dependientes del mercado interno mostró caídas de sus ventas, que contrarrestaron con fuertes ajustes de costos, según consigna el informe. En la nómina se encuentran la cementera Juan Minetti (-23,9%); la constructora Dycasa (-11,8%), la constructora Caputo (-53,4%); la industria de artefactos de línea blanca Longvie (26,1%); y la fábrica de calzados Grimoldi (-10,3%).
En el medio del llamativo éxito de las exportadoras y las pérdidas de las dependientes del crítico mercado interno se sitúan aquellas que van ganando espacio con la sustitución de importaciones. Figuran: Alpargatas (+74,4%); la plástica American Plast (+86,5%); Cerámicas San Lorenzo (+22,7%) y Agrometal (+80,4%).
¿Qué sucederá con la tendencia de mediano plazo? Página/12 le trasladó esa inquietud al economista Andrés López, del Cenit. “Los próximos años serán más parecidos a lo ocurrido en la década del 80 que a la del 90: una vez que la economía retome el crecimiento y vuelva el crédito, serán más rentables los sectores más apegados a la exportación, como los petroquímicos y la siderurgia. Al revés que en la última década, andarán mejor los fabricantes de bienes que las empresas de servicios”, señaló el experto. Según López, el tipo de cambio real de la Argentina será “entre 30 y 40 por ciento” superior al de los años ‘90, lo que favorecerá a la industria en general y a los exportadores en particular. Sólo algunos nichos del sector servicios se salvarían: el rubro hotelero, por caso, por el mayor ingreso de turistas extranjeros y la menor salida desde la Argentina.