La fragilidad de la economía estadounidense volvió a quedar en evidencia ayer con un nuevo dato negativo de empleo. La reacción de todos los mercados del mundo ante ese indicador fue la misma: contabilizaron fuertes bajas. El mercado local acompañó esa tendencia, al retroceder 3,6 por ciento y ubicarse por debajo de los 1700 puntos. Esa caída se produjo en un contexto en el que Wall Street perdió en promedio 3 por ciento, y en la región, Brasil se hundió un 4 por ciento. Con este panorama no hubo lugar para nuevas elucubraciones por el pago que el gobierno hará al Club de París. Los títulos públicos tuvieron un desempeño menos estruendoso gracias a la licitación de recompra del gobierno, a través de la cual absorbió 20 millones de pesos. El Banco Central volvió a jugar fuerte en dólar a futuro y la divisa en casas de cambio cerró sin cambios, en 3,06 pesos. Las reservas se redujeron a 47.006 millones de dólares.

Entre los operadores fue casi inevitable la frase obvia: “Fue un jueves negro”. Los temores respecto de la desaceleración en la economía estadounidense son cada vez más fuertes y consistentes con los últimos datos macroeconómicos. El Departamento de Trabajo informó que el número de personas que solicitó el subsidio de desempleo por primera vez aumentó a 440.000 la semana pasada. El dato llevó a que en Nueva York el índice industrial Dow Jones se hundiera 3 por ciento y el Nasdaq 3,2. El efecto contagio no tardó en aparecer y en Brasil los papeles líderes se desbarrancaron 3,9, mientras el real se depreciaba a su mínimo valor en cinco meses, 1,717 por dólar.

En ese contexto, la Bolsa porteña se movió desde el arranque en terreno negativo y cerró en 1694,6 puntos, su piso desde octubre de 2006. Sin embargo, el volumen de negocios fue insignificante: se movilizaron unos 36 millones de pesos. En el último año, el monto operado en la plaza bursátil muestra un retroceso de alrededor del 45 por ciento, según un estudio de la consultora Portfolio Personal.

El clima se replicó en el mercado de bonos. En el caso de la emisión más líquida, el Descuento cayó 3,1 por ciento. Por su parte, los títulos involucrados en la licitación convocada para ayer por el Palacio de Hacienda tampoco atravesaron una rueda favorable. El Boden 2012 bajó 0,2 por ciento; el Boden 201, 0,3; el cupón PBI, 1,1, y en dólares 3,3. Por su parte, la licitación de Economía permitió al gobierno adquirir 20 millones de pesos, sobre un total lanzado de 200 millones. Al igual que en la licitación anterior, los oferentes pidieron valores mayores a los vigentes en el mercado. El total de ofertas recibidas fue de poco más de 438,9 millones de pesos. “La semana pasada algunos hablaron de liquidaciones mal hechas y de que no se tuvo en cuenta el feriado en Estados Unidos, pero esta semana no hubo ninguna cuestión de esas, con lo que se ratifica que los títulos son más valiosos de lo que parece”, consideró el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, al cierre de las operaciones.

La plaza cambiaria se mantuvo más demandada y el Central volvió a elegir sus intervenciones a futuro para morigerar cualquier ajuste en los precios. Al igual que en la rueda previa, la cotización mayorista arrancó en suba y luego volvieron al rango anterior para cerrar sin cambios a 3,04 pesos. Los que tomaron coberturas a futuro para fin de mes convalidaron un dólar en 3,038 pesos, para octubre 3,054 y noviembre a 3,067.