ECONOMíA › LA CRISIS FINANCIERA YA AFECTA A DISTINTOS SECTORES EN ESTADOS UNIDOS
La “larga y dolorosa” recesión de la cual habló Bush empieza a ser una realidad. Caen las ventas inmobiliarias, aumentan los pedidos de subsidio por desempleo y el consumo se desacelera. La visión de distintos especialistas.
Los mercados se jugaron ayer por una resolución favorable de las negociaciones entre el gobierno estadounidense y el Congreso. La mayoría cerró en alza. Hoy se juega un nuevo partido. En tanto, los datos del sector real de la economía de la que por ahora es la principal potencia del mundo siguen poniendo en descubierto su fragilidad.
Los hechos respaldan el negro panorama presentado por Bush, cuando dijo que el país está al borde de enfrentar “una larga y dolorosa” recesión. Los informes de empleo y consumo para los Estados Unidos siguen mostrando la fragilidad de la situación. Las estadísticas en ese país dan cuenta de un nuevo descenso en las ventas inmobiliarias y un incremento significativo en los pedidos de subsidios por desempleo. Por su parte, el grupo General Electric, considerado como un barómetro de esa economía, corrigió ayer a la baja su previsión de ganancias para el actual trimestre. La información se suma a las pérdidas reportadas por la automotriz Chrysler. La compañía exhibió un rojo de 400 millones de dólares, a pesar de reducir drásticamente sus costos, por el retroceso en el consumo.
En el sistema financiero hubo una nueva víctima: el banco de ahorro y préstamos Washington Mutual debió ser fusionado por el JP Morgan Chase para evitar su quiebra.
“El paquete de ayuda de 700.000 millones de dólares va a morigerar las exigencias del mercado y, tal vez, evitará la caída en cadena de todo el sistema financiero, pero no evitará que Estados Unidos y varios países de Europa, como ya muestran las estadísticas de Italia y España, entren en recesión”, dijo a PáginaI12 el economista Orlando Ferreres. Para el especialista, la crisis está en su primera etapa, que podría compararse con el crac del ‘29, pero “aún resta la segunda, aquella que tiene como correlato la crisis del sector real entre 1930 y 1934”. De todos modos, existe consenso en que no será tan grave como entonces debido a que se conocen recetas, basadas todas ellas en intervención del Estado, para aliviar el traspaso. Por su parte, el analista Dante Sica explicó a este diario que la economía mundial sigue siendo “tirada por el desempeño de los países emergentes” y reconoció que el salvataje “poco podrá hacer para revertir el impacto en el sector real”.
La discusión se lleva a cabo contrarreloj, debido a que hoy el Capitolio debería entrar en receso parlamentario hasta las elecciones. También la impaciencia del mercado le pone presión a la disputa. Ayer la posibilidad de un avance en el rescate disparó la cotización de los papeles en los principales recintos bursátiles del mundo. El Dow Jones subió 1,8 por ciento y el Nasdaq, 1,4. Los bancos centrales volvieron a coordinar una acción conjunta y volcaron al sistema unos 100.000 millones de dólares. En tanto, el Tesoro anunció que ya lleva emitidos 300.000 millones de dólares para la Fed. La incertidumbre sobre el futuro es imposible de ocultar, incluso para los gurúes de siempre: el Fondo Monetario aplazó un mes sus previsiones de crecimiento, para ver en qué germinará la situación actual.
El debate legislativo sumó ayer un nuevo capítulo, aunque sigue lejos de la etapa de definiciones. Los negociadores propusieron dividir el programa en tres partidas de menor volumen, para garantizar que el plan funcione. El Congreso podría además retener algunas de las partidas si no estuviera satisfecho con el desempeño del programa. La oposición a su vez exigió topes en el pago a los ejecutivos de las empresas dañadas, asistencia para los dueños de viviendas y que la perspectiva de que los activos comprados por el gobierno con dinero de los contribuyentes mantengan su valor.
El entendimiento llegó horas antes de una reunión convocada por Bush con la asistencia de los líderes del Congreso y de los candidatos presidenciales. El mandatario los invitó anteayer, en cadena nacional, tras reconocer que “enfrentan una larga y dolorosa recesión debido a la grave crisis financiera”, por lo que imploró el apoyo de la población al megaplan de rescate. Pero la cumbre entre Bush, McCain y Obama concluyó sin un acuerdo en firme. El partido ahora se juega en la Casa Blanca.
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