Mié 15.10.2008

ECONOMíA  › EL GOBIERNO DE EE.UU. APORTA CAPITAL A TODOS SUS BANCOS DEL SISTEMA

Dice que les da fondos porque están bien

Los principales bancos de la potencia mundial recibirán 125 mil millones de dólares del Estado a cambio de acciones preferenciales. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, afirmó que son entidades “saludables” y la ayuda es para agilizar el crédito.

› Por Cristian Carrillo

Citigroup, Wells Fargo, JP Morgan Chase, Bank of America, Merrill Lynch, Morgan Stanley, Goldman Sachs Group, Bank of New York Mellon Corp y State Street. Esta es la primera lista de nueve bancos, que se extenderá a los 8500 que operan en Estados Unidos. El plan no deja afuera a ninguno, ni los bancos de las plazas. Los gobiernos más poderosos del planeta anunciaron los detalles y condiciones para sus planes de estatización parcial de sus respectivos sistemas financieros. La intención es reactivar el desaparecido crédito bancario para evitar un colapso peor que el financiero, el de la economía real con quiebras masivas de empresas. El Tesoro estadounidense presentó los puntos centrales de la primera etapa del megasalvataje, a través del cual nacionalizará parte de la cartera de las nueve mayores entidades de ese país (ver aparte). Bush se resiste todavía a hablar de estatización, pero reconoció que es “una medida esencial de corto plazo para asegurar la viabilidad del sistema bancario estadounidense”. Más allá de cualquier resistencia de fundamentalistas del mercado, Estados Unidos pondrá a 8500 bancos bajo la órbita pública, mientras que el organismo federal de seguros de depósitos bancarios en ese país garantizará por el plazo de tres años todos los nuevos créditos y colocaciones del sistema. Mientras, las autoridades suecas crearon un fondo de rescate para entidades en problemas en el futuro, y el Banco Central Europeo ofrecerá otros 310.000 millones de euros a los bancos para aliviar sus problemas.

Tal como estaba previsto, Bush se reunió con sus dos más fieles laderos, el titular del Tesoro, Henry Paulson, y de la Fed, Ben Bernanke. Luego de ese encuentro presentaron, a diez días de su aprobación, los primeros pasos del megasalvataje de 850.000 millones de dólares. El plan requerirá en una primera etapa de 250.000 millones de fondos de los contribuyentes para descongelamiento del crédito que está llevando a la quiebra de compañías y a la destrucción del empleo. “Vivir con empresas y consumidores sin acceso al financiamiento es totalmente inaceptable”, justificó Paulson en Washington el esfuerzo de la población. De todas maneras, el Tesoro buscará captar 45.000 millones de dólares de deuda para ayudar a la Reserva Federal.

El gobierno comenzará con la compra accionaria de nueve bancos, que ayer Paulson evitó nombrar. Sin embargo, fuentes del sector confirmaron que los primeros 125.000 millones de dólares serán distribuidos en estos días entre el Citigroup, Wells Fargo, JP Morgan Chase y el Bank of America-Merrill Lynch. Cada uno obtendrá 25.000 millones de dólares. Mientras que Morgan Stanley y Goldman Sachs Group obtendrán 10.000 millones cada uno y Bank of New York Mellon Corp, cerca de 3000 millones, y State Street 2000 millones. “Son instituciones saludables y hemos tenido que tomar este paso para el bien de la economía estadounidense”, dijo Paulson. Por su parte, Bush afirmó que “estas instituciones, como otras cientos que están por venir, tendrán que aumentar su capacidad de desempeñarse en la función vital de prestamista.”

Además de los nueve gigantes, el plan de Paulson se amplía a unas 8500 entidades, para lo que destinará el resto de los 250.000 millones de dólares. La participación en los bancos requerirá la aceptación de límites en el pago de los ejecutivos, los denominados “paracaídas de oro”, que incluye renunciar a las deducciones impositivas para las compensaciones superiores a los 500.000 dólares en el caso de los principales ejecutivos.

Los bancos otorgarán como garantía al Tesoro el 15 por ciento de sus activos en acciones preferidas. Estos papeles pagarán un dividendo de 5 por ciento para los primeros cinco años y de 9 por ciento a partir del sexto. Mientras, las compañías podrán recomprar esas acciones luego de tres años. El programa fija el 14 de noviembre como plazo para que apliquen los bancos la compra del gobierno. El Tesoro escogió al Bank of New York Mellon para la contabilidad.

De menor espectacularidad, pero igualmente sorprendente, Bush anunció que su gobierno garantizará las cuentas de pequeñas empresas para sus operaciones diarias. “Estas medidas no están destinadas a tomar el control de la economía de mercado, sino a preservarla”, aclaró para oscurecer. Al mismo tiempo, el organismo federal estadounidense de seguros de depósitos bancarios anunció que garantizará las nuevas obligaciones lanzadas por los bancos durante tres años, como forma de relanzar un mercado de créditos golpeado por la crisis. Se ampliará además la garantía del organismo a todos los depósitos que no den intereses, cualquiera sea su monto.

Acciones similares se vieron en otras partes del globo. El Banco de Japón inyectó otros 12.000 millones de dólares en el mercado. El ministro sueco de Mercados Financieros, Mats Odell, informó que su país establecerá un fondo para ayudar a los bancos que puedan estar al borde de la bancarrota. Finalmente, el Banco Central de Europa ofreció unos 310.000 millones de euros a una tasa fija de 3,75 por ciento.


Más Roosevelt que Karl Marx

Paul Krugman, ganador del Premio Nobel de Economía 2008, estimó que la decisión del gobierno estadounidense de inyectar 250.000 millones de dólares en el capital de los bancos implica redescubrir a Franklin Roosevelt, más que a Karl Marx. “Este plan responde al problema esencial de la capitalización inadecuada de los bancos y a la necesidad de calmar los mercados”, declaró Krugman. “No sabemos si esto va a funcionar, me gustaría estar seguro (pero) por primera vez siento que hay una política que imprime su marca sobre la crisis”, añadió. Krugman celebró una política que “repudia” el liberalismo “duro”. “No nos vamos a convertir en Karl Marx, pero vamos a redescubrir cosas que había descubierto (el presidente demócrata) Franklin Roosevelt hace 75 años”, añadió, recordando que “dejar que los mercados se las arreglen fue desastroso en los años 1930, y nos ha llevado de nuevo al borde del desastre”. No obstante, Krugman estimó que Estados Unidos se dirige hacia “una grave recesión”.

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