El titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, informó que se avanzará en otro paquete de estímulo fiscal por 150.000 millones de dólares para aliviar a los contribuyentes de los efectos de la crisis mundial. La respuesta de los mercados fue positiva a esa intervención pública. La bolsa de Londres se ubicó 5,4 por ciento arriba, mientras que el índice Dow Jones arrojó una ganancia de 4,7 por ciento. Esa mejora se registró en una jornada en que la Fed ofreció un oscuro diagnóstico sobre la economía. En Europa se conocieron además nuevos planes de salvataje y de respaldo para el sistema financiero: en Francia, España, Bélgica, Austria, Finlandia y Rusia. Mientras, las autoridades holandesas inyectaron 10.000 millones de euros para rescatar a la aseguradora ING. Por su parte, la banca central de Japón advirtió sobre los peligros de una recesión en ese país, debido al enfriamiento de la demanda. En la región, la bolsa brasileña se subió a la ola de optimismo y terminó con un alza de 8,4 por ciento, en tanto Argentina cerró en baja.

Los salvavidas lanzados al océano bancario se estiman en más de dos billones de dólares en Estados Unidos y de 3,3 billones de Europa. Sin embargo, los megarrescates no lograron impedir una caída de las economías. En la Casa Blanca consideraron oportuno un nuevo paquete fiscal para impulsar el consumo y la inversión. Sería el segundo paquete de este tipo que el gobierno de Bush encara en menos de un año, aunque esta vez es alentado por la oposición.

“Con la probabilidad de que la economía siga débil por varios trimestres y cierto riesgo de una desa-celeración prolongada, parece apropiado que el Congreso considere un paquete fiscal en esta coyuntura”, dijo el titular de la Fed durante su presentación en el Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes. De esta manera, Bernanke abrió la puerta a un nuevo programa fiscal y fuerte respaldo para los demócratas, que presionan por esta medida al Ejecutivo. El mes pasado, la Cámara de Representantes elevó un programa de gasto fiscal extraordinario por 61.000 millones de dólares, que el Senado no aprobó.

La Casa Blanca se opuso en un primer momento a la medida bajo el argumento de que inversiones en infraestructura propuestas por los demócratas no estimularán la economía. Sin embargo, ahora Bush parece estar “abierto” a la posibilidad de un segundo estímulo fiscal, según admitió la vocera de la Casa Blanca, Dana Perino. El proyecto de ley en el que trabaja el partido del candidato Obama por ahora propone destinar 150.000 millones de dólares en rebajas tributarias temporales, infraestructuras y ayuda para las administración estatales, los pobres y los desempleados. El programa se suma a los 100.000 millones de dólares que el Tesoro envió en cheques de devolución de impuestos en el verano (boreal) pasado.

Los mercados parecen respaldar la iniciativa. No bien se conocieron los dichos de Bernanke, la bolsa de Nueva York se disparó. Las acciones del sector industrial, medidas por el Dow Jones, cerraron la rueda con una alza de 4,7 por ciento, mientras que el Nasdaq –que reúne firmas tecnológicas– concluyó con una mejora de 3,4 por ciento.

En Europa siguen financiando rescates bancarios. El ministro de Finanzas británico, Alistair Darling, admitió que su gobierno planea volcar miles de millones de libras en préstamos para financiar gasto público. En tanto, el Congreso español aprobó dos proyectos de ley para apoyo a la banca: la creación de un fondo por hasta 50.000 millones de euros para comprar activos de entidades y la elevación de la garantía sobre depósitos de 20.000 a 100.000 euros por persona y por entidad.

Las inyecciones de liquidez y los rescates bancarios volvieron a estar a la orden del día. Las autoridades monetarias belgas decidieron inyectar 1500 millones de euros en la compañía de seguros local Ethias, actualmente en dificultad por la crisis financiera. Algo similar ocurrió con la aseguradora holandesa ING, que fue rescatada gracias a una inyección estatal de capital por 10.000 millones de euros. La entidad es la primera empresa financiera que utiliza recursos de los fondos de asistencia para fortalecer a bancos que no tienen exposición en activos de riesgo, lo que da cierto acercamiento del alcance de la crisis.

En Austria, el Parlamento convalidó un plan de 100.000 millones de euros para estabilizar al sector bancario. La banca central de Rusia otorgó 14.500 millones de dólares en créditos para apoyar las operaciones de más de 80 bancos, según el viceprimer ministro, Igor Shuvalov. En tanto, el gobierno alemán dispuso que aquellos bancos que reciban ayuda limiten el sueldo de sus ejecutivos hasta un máximo de 500.000 euros anuales. Por último, las acciones del gigante francés Société Générale se desplomaron, ante versiones de que la entidad requiere auxilio estatal.

Las bolsas en Europa operaron todas en positivo. Londres finalizó con un alza de 5,4 por ciento. En París, el indicador subió 3,6 por ciento; en Madrid, un 3,0 por ciento; en Milán, 2,5 por ciento; y en Amsterdam, 6,8 por ciento.

En Asia también se registraron ganancias. El índice Nikkei de Tokio ganó 3,6 por ciento. La suba se concretó a pesar de la advertencia de la banca central de Japón, que da cuenta de serios riesgos de estancamiento en su economía. “Las condiciones más críticas son las de las pequeñas empresas locales, en un escenario que ve los riesgos de inflación en aumento”, admitió el titular del organismo, Masaaki Shirakawa. En tanto, en China el crecimiento económico se desaceleró levemente en el tercer trimestre del año, pese a que el Producto avanzó 9,9 por ciento respecto del mismo lapso de 2007, cuando se había observado un crecimiento cercano al 12 por ciento. El mercado de Hong Kong respondió con un alza de 5,3 por ciento.