El gobierno de Brasil autorizó ayer a los bancos públicos Banco do Brasil y Caixa Económica Federal a adquirir participaciones en instituciones financieras privadas con dificultades de liquidez. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, anunció que “esta modalidad estaba prohibida, limitada a bancos privados (...), pero ante la situación de falta de liquidez en el mercado financiero brasileño tomamos la medida, para facilitar esa liquidez”. El ministro aseguró que “no hay bancos (privados) quebrando en Brasil”, declaración que más que tranquilizar abrió una abanico de dudas en un contexto donde el real se devaluó para cotizar a 2,38 por dólar y las acciones se desplomaron 10,2 por ciento.

En las últimas dos semanas, Brasil tomó diversas medidas para asegurar el funcionamiento del mercado de créditos en medio de la crisis financiera internacional. El Banco Central, por su parte, intervino mediante operaciones cambiarias en el mercado para tratar de inyectar liquidez. “El sistema financiero brasileño está sólido. Es posible incluso que la existencia de esa norma ya traiga tranquilidad al mercado y haga que las adquisiciones no se tornen necesarias”, afirmó Mantega. Añadió que “hay problemas de liquidez en algunas instituciones, y por ello redujimos el encaje para que una parte de él pueda ser usada para la adquisición de carteras, para dar liquidez a quien no la tiene. Es un paso más”.

En el caso de que instituciones financieras o bancos privados encuentren dificultades, tendrán esa oportunidad también con bancos estatales. “Deberán manifestar su interés en negociar y consultarán al mercado, lógicamente consultarán tanto a otros bancos privados como a bancos públicos. Obviamente, escogerán los mejores precios”, acotó el ministro.

La iniciativa, dijo Mantega, “responde a la necesidad del momento, de crisis de liquidez”, pero adelantó que no se trata de “una medida permanente. Después de restablecido el crédito en el mercado y resuelto el problema de liquidez, (la medida) deberá ser revertida en el futuro”. El Banco do Brasil y la Caixa Económica Federal, aseguró Mantega, tienen liquidez necesaria para hacer frente a eventuales adquisiciones. “El gobierno no pretende hacer aporte de capital a esos bancos porque no será necesario, ya que tienen suficiente liquidez garantizada”.

Además, el ministerio autorizó al Banco Central (BC) a hacer intercambio (swap) de monedas con otros bancos centrales, cediendo reales para recibir monedas que sean “convertibles y de amplia aceptación en el mercado internacional”. Según el titular de la entidad, Henrique Meirelles, se trata de “una medida preventiva, porque no hay necesidad de hacer estos intercambios en estos momentos. Apenas coloca un instrumento a disposición de las autoridades económicas”. Según Meirelles, la autorización al BC es “meramente un proceso de anticipación. No hay ninguna decisión adoptada sobre qué bancos centrales serán contactados ni por qué volumen. Estamos haciendo el montaje de la estructura legal que permita a Brasil hacer estas operaciones”. Mantega bromeó con Meirelles que con esa medida “podemos ayudar a Estados Unidos si tiene falta de liquidez: les enviamos unos reales y le aceptamos cambiar por su moneda”.

El conjunto de medidas anunciado este miércoles incluyó también una autorización a la Caixa Económica a fundar una empresa de participaciones que garantice actuación ante empresas de construcción civil, como forma de asegurar la continuidad de los planes habitacionales en marcha.

En tanto, el real sufrió este miércoles una fuerte caída de 6,1 por ciento a 2,38 por dólar, contra el cierre del martes a 2,236 por billete verde. La moneda brasileña continúa así su debilitamiento frente a la divisa estadounidense, pese a los esfuerzos del Banco Central de Brasil (BC), que admitió haber inyectado unos 23.000 millones de dólares en el mercado cambiario entre subastas a futuro y venta de reservas.