La economía estadounidense sigue profundizando su caída y las medidas para detenerla todavía no tienen los resultados esperados. Luego de volcar cerca de cuatro billones de dólares en el sistema financiero y anunciar un billón en créditos al consumo, el Tesoro norteamericano informó que tiene todo listo para comenzar de inmediato con la renegociación de las hipotecas impagas por 75.000 millones. Los detalles de la operatoria los brindó el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, en su presentación ante el Comité de Finanzas del Congreso. El programa prevé incentivos a las entidades prestamistas y premios a la puntualidad en el pago para los deudores. Sin embargo, los valores de las viviendas que se ubican por debajo del monto del crédito a pagar podrían complicar las intenciones del gobierno. Por su parte, la Reserva Federal oficializó ayer que el escenario del país en los últimos meses “se deterioró aún más”, y estimaron que la recuperación no llegará antes de fin de año, según afirma el libro beige de la banca central estadounidense.

La administración Obama marcó una nueva posta en la maratónica sesión de anuncios que viene llevando desde que el Congreso aprobó el paquete de rescate que presentó en enero último. Luego del megaincentivo al consumo por hasta un billón de dólares, el Tesoro hizo vuelta de página y focalizó su intervención en las deudas hipotecarias. Sin hacer referencia alguna sobre el desembolso lanzado 24 horas antes, Geithner brindó a los legisladores los detalles del nuevo plan, que busca evitar ocho millones de ejecuciones hipotecarias. El programa subsidiará a entidades hipotecarias y a deudores sobre unos cuatro millones de préstamos en problemas para reducir sus pagos y bajar las tasas de interés hasta el 2 por ciento. “A partir de hoy mismo (por ayer) damos a los prestamistas los detalles que necesitaban para empezar la ayuda a los prestatarios elegibles”, afirmó Geithner ante los legisladores.

Los compradores que tengan actualmente una hipoteca de las firmas Fannie Mae o Freddie Mac, que desde octubre están virtualmente nacionalizadas, podrán refinanciarla. La reestructuración alcanza incluso préstamos cuyo monto sea superior al 80 por ciento del valor presente de la propiedad. No se beneficiarán, sin embargo, quienes deban más de 730.000 dólares ni afectará a aquellas propiedades en manos de inversionistas (es decir, de quienes compran casas para especular y no como residencia familiar).

La reestructuración concluirá a fines de 2012. Las firmas hipotecarias recibirán un pago de mil dólares por cada modificación de préstamo que lleven a cabo y una “recompensa” de mil adicionales por año por cada hipoteca que se pague puntualmente. Por otro lado, si los propietarios hacen sus pagos en tiempo y forma el gobierno los recompensará con reducciones en su deuda principal de hasta mil dólares por año en los primeros cinco. También se aliviará la situación de unos cuatro millones de propietarios cuyos pagos mensuales subieron abruptamente debido a la escalada de la tasas de interés de sus préstamos. Estos no pueden además vender sus casas porque los precios de las viviendas cayeron sustancialmente. Más de 8,3 millones de estadounidenses con créditos hipotecarios en el último cuatrimestre debían más que el valor de su propiedad, de acuerdo con la consultora inmobiliaria First American CoreLogic. En tanto, otros 2,2 millones de deudores quedarán sumergidos en esa misma situación si los precios de las viviendas bajan otro 5 por ciento. Para estos casos el programa prevé renegociar las cuotas al 38 por ciento de sus ingresos. Entonces el gobierno otorgará un subsidio al propietario de la hipoteca para reducirla al 31 por ciento.