ECONOMíA › LA AUTOMOTRIZ LIDER DE ESTADOS UNIDOS NO TIENE FONDOS PARA SEGUIR OPERANDO
Los auditores de la terminal plantearon dudas sobre la continuidad de la compañía si la administración Obama no aporta más fondos. El Departamento del Tesoro informó que está estudiando el caso. La Unión Europea también quiere soluciones.
La automotriz más grande del mundo tiene pocas chances de sobrevivir a la crisis, de acuerdo con los auditores de la compañía. Esos ejecutivos reconocieron ayer que existe dentro del seno de General Motors una “duda sustancial” sobre la posibilidad de que pueda evitar la quiebra. El grupo es incapaz de continuar operando sin las recurrentes inyecciones de fondos de parte del gobierno, afirmaron. Para agregar que GM podría ampararse en la ley de quiebras “sin soporte estatal”. Por su parte, el Departamento del Tesoro anunció que estudia “la solución más razonable posible para la situación”. Los ajustes que encaró la terminal, donde el propio presidente de la compañía, Rick Wagoner, se redujo el salario a la cifra simbólica de un dólar por año, no evitaron nuevas pérdidas multimillonarias en sus balances. El comisario europeo del sector, Günter Verheugen, consideró “inaceptable” la manera en que está gestionando los problemas de Opel, su filial europea, y exigió a la casa matriz información “completa y transparente” sobre sus planes para esta división.
Al igual que sucedió con los bancos, las automotrices estadounidenses se convirtieron en adictas a fondos públicos. El estrangulamiento del crédito y la consecuente parálisis del consumo castigaron con dureza, desde el principio, la venta de automóviles. La situación se agravó en los Estados Unidos, donde uno de cada tres trabajadores se desempeña en alguna tarea vinculada con el sector. Detrás del sistema financiero, la actividad automotriz destruyó cientos de miles de empleos.
De las tres grandes de Detroit –Ford, Chrysler y GM–, esta última es la que se encuentra en peor estado. Con el recrudecimiento de la crisis recibió de parte de la administración de turno flujos directo de dinero para salvar su delicada situación de iliquidez. Ahora pretende un nuevo salvavidas público, por 16.600 millones de dólares en financiamiento, para evitar la bancarrota.
GM acusa “dudas sustanciales” sobre su supervivencia, según afirma en el informe anual 10-K que presentó ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). “La incapacidad para generar suficiente dinero para cumplir nuestras obligaciones y sostener nuestras operaciones genera dudas sustanciales”, indicó la compañía, sobre la base de la auditoría que encaró la consultora Deloitte & Touche.
El mes pasado, GM anunció 30.900 millones de dólares de pérdidas en 2008, que se suman al rojo de 43.000 millones del año previo. Junto con los resultados operativos, la compañía presentó ante el Departamento del Tesoro un plan de viabilidad en el que se solicitaba un desembolso de 30.000 millones de dólares. “Nuestro futuro depende de nuestra capacidad de ejecutar nuestro plan de viabilidad con éxito o encarar estas materias de otra forma. Si no lo hacemos, por la razón que sea, no seríamos capaces de continuar y potencialmente podríamos ser forzados a solicitar ayuda bajo el Código de Quiebras de Estados Unidos”, advierte el informe bajo un tono apocalíptico.
Hasta el momento, logró evitar entrar en suspensión de pagos debido a los 13.400 millones que le concedió Washington para realizar desembolsos a proveedores y empleados. Tiene hasta el 31 de marzo para conseguir más fondos. El Departamento del Tesoro, conducido por Timothy Geithner, reconoció que “busca una solución” alternativa a la quiebra de GM. “La administración es muy consciente de los desafíos del sector automotor”, anticipó el portavoz del Tesoro, Isaac Baker.
Del otro lado del océano Atlántico, el comisario europeo de la Industria consideró “inaceptable” la manera en que GM está gestionando la filial local, Opel, y pidió transparencia en sus planes de viabilidad. Verheugen confirmó que pretende organizar una reunión de países europeos en los que la marca está presente para fijar una “posición común”. La casa matriz propuso a las autoridades europeas separar a Opel del grupo para garantizar su supervivencia, aunque para ello reclama una ayuda pública de 3300 millones de euros.
En la Argentina, GM emplea a unos 2200 trabajadores en sus plantas de Buenos Aires, Alvear, Santa Fe, y General Rodríguez y comercializa la marcas Chevrolet y Suzuki. El año pasado alcanzó un record de ventas, con más de 95.400 unidades.
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