ECONOMíA › DEBATE SOBRE REPRIVATIZACIONES Y MODELOS ECONóMICOS
La crisis internacional marcó el final de un ciclo de predominio ideológico del liberalismo en la política económica. Sin embargo, a contramano de lo que sucede en los países centrales, en Argentina han reaparecido expresiones que aspiran a reflotarla.
Por Federico Basualdo y Pablo Manzanelli *
Podría resultar paradójico que la predicación de reprivatizar el sistema de jubilaciones por parte de Mauricio Macri resurja en el actual clima mundial, más aún cuando las tres cuartas partes del dinero de las jubilaciones privadas estaban invertidas en los cada vez más derrumbados bonos y acciones. También podría resultar sorprendente que se aspire a reprivatizar la doblemente vaciada (por capitales privados) línea de bandera Aerolíneas Argentinas. Lo propio cabría plantearse frente a las graves consecuencias, sociales y medioambientales que conllevaron la mercantilización del agua potable y el saneamiento. Sin embargo, indudablemente, lo más llamativo fue la “omisión” de otra posible privatización, estrechamente relacionada con los vínculos familiares del jefe de gobierno de la ciudad, sin eufemismos: el correo oficial. En este sentido, cabe preguntarse si este olvido fue producto de la casualidad o “causalidad”.
En 1997 se adjudicó la concesión del correo oficial al grupo Socma (Sociedades Macri), luego de que la desmonopolización del mercado postal, que se inicia durante la última dictadura militar, y la desregulación total de la actividad, consolidada en el gobierno de Carlos Menem, estructuraran un mercado afín al negocio privado.
Consistente con otros ejemplos privatizadores, el deterioro “deliberado” de la empresa pública se vio reflejado en múltiples indicadores (participación en el mercado, calidad de las prestaciones, etc.). El consorcio empresario encabezado por Socma no hizo más que profundizarlos al punto tal de que, por ejemplo, contando con la complacencia del menemismo, el despido o “retiro voluntario” de 4000 trabajadores postales fue considerado como una inversión de la empresa y, como tal, parte constitutiva de los compromisos contractuales asumidos por la misma en cuanto a “inversión de bienes tangibles”. Igualmente, no por ello, y aun sin pagar el canon comprometido, la gestión del grupo Macri alcanzó pérdidas contables que, en el 2000, representaron más de la mitad del patrimonio neto.
Sin embargo, el análisis de este proceso no debe dirimirse en términos de ineficiencias empresariales, puesto que la conformación de un particular entramado de intereses en el sector aparece como uno de los más destacados resultados del proceso de privatización. En este sentido, cabe preguntarse si la casualidad o “causalidad” del olvido pueda deberse al acelerado proceso de terciarización, incluso de las actividades más rentables del operador histórico. Si bien la subcontratación de servicios se inició tiempo atrás, durante la gestión del grupo Macri (1997-2003) comenzó una nueva etapa de desvinculación de actividades que dieron lugar a la conformación de “empresas satélite” encargadas de distintas funciones, como el mantenimiento del sistema informático y la contratación de personal eventual. Y, a su vez, a propósito del fracaso de la fusión entre el correo oficial de Macri y OCA (Exxel Group), en el 2000, el estratégico servicio de transporte terrestre de correspondencia pasó a manos de la empresa Logística de Avanzada (LDA).
Estas políticas afectaron drásticamente la organización de la empresa que por esos años incrementó la incorporación de cuadros gerenciales y asesores, llegando a representar el 10 por ciento de una planta cada vez más achicada de empleados (en seis años expulsaron a más de 7000 trabajadores), y fueron acompañadas por un drástico desplazamiento del correo oficial en el mercado postal.
Es recién durante el gobierno de Néstor Kirchner, frente a los reiterados incumplimientos del concesionario, que se dispuso la temporaria reestatización (vía decretos cada 180 días se ha venido renovando el compromiso de convocar a una nueva licitación pública para su transferencia) del correo oficial. Esta iniciativa interrumpe la caída de la participación del operador histórico en el mercado e inicia una nueva etapa de reincorporación de personal y de mejoras en las condiciones de trabajo.
La nueva experiencia de gestión estatal, que contrasta con la deficitaria administración privada, requiere para consolidarse como proyecto estratégico y desactivar el entramado de intereses vigentes la decisión oficial de reestatizar definitivamente el operador histórico y reconstruir un marco normativo que regule la actividad privada. Si ello ocurre, quizás el jefe de Gobierno de la ciudad no “omita” incorporar al servicio postal dentro de sus demandas neoliberales.
* Sociólogos-UBA.
Por Andrés Asiain y Agustín Crivelli *
La actual crisis mundial tiene muchos parecidos con la acontecida en 1929-1930. Ambas estallan en el sistema financiero de Estados Unidos para propagarse luego, velozmente, a todos los rincones de la Tierra y todos los sectores de la actividad. En términos de caída de la producción industrial mundial, de desplome de los mercados de acciones y del comercio mundial, los dos episodios muestran magnitudes comparables. También comparten un origen profundo común, más allá de su manifestación financiera: el ser la resultante de la contradicción entre una distribución desigual del ingreso y la necesidad de una demanda creciente. También las dos parecen ser el final de un ciclo de predominio ideológico del liberalismo tanto en la práctica como en la teoría de la política económica. El reciente fortalecimiento de la ultraderecha xenófoba en las elecciones a diputados del Parlamento europeo muestra otra peligrosa similitud.
La analogía puede continuarse en el plano nacional. La “crisis del treinta” generó una fuerte caída en el precio de nuestros productos de exportación acompañada de una total sequía en el financiamiento inglés de nuestras cuentas externas, que condujo al cierre de la Caja de Conversión y la devaluación de la moneda nacional. En el presente, la crisis impacta reduciendo el precio de la soja, el petróleo y sus derivados, que son los principales productos que comercia nuestro país, junto a la reducción de las exportaciones industriales generada por la recesión mundial. Si bien el acceso al financiamiento externo ya era reducido, el estallido de la crisis genera una fuerte salida de capitales, tanto por parte de las multinacionales que buscan así mejorar los balances de sus casas matrices, como por los argentinos que intentan cubrirse de una profética devaluación autocumplida.
Las consecuencias económicas de la Gran Depresión sobre nuestra economía fueron aprovechadas por los sectores conservadores para sacarse de encima a Hipólito Yrigoyen. Si en época de “vacas gordas” era tolerable cierta democratización de la Argentina agro-exportadora, el bajón en los precios de los granos y la carne cambió drásticamente esa situación. Corruptela, inoperancia y amiguismo fueron algunos de los pretextos de una fuerte campaña de desprestigio. Se comenzó a llamar despectivamente “Peludo” al presidente a partir de una caricatura aparecida en el diario La Fronda, dirigido por Francisco Uriburu (primo de quien daría, finalmente, el primer golpe de Estado de ese siglo). La caída del caudillo radical dará lugar a la llamada Década Infame, durante la cual los sectores exportadores tradicionales intentarán salvar su negocio a costa del nivel de vida de los argentinos. Las concesiones dadas a Inglaterra para que siga comprando carne refrigerada llegaron a tal punto que “Julito” Roca (como llamaban al hijo del genocida de la Campaña del Desierto) sostuvo, tras firmarlas, que “Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del imperio británico”.
La situación actual es peligrosamente parecida. Si en tiempos de relativa abundancia los tímidos intentos distribucionistas propuestos por el Gobierno a través del pacto social o de las retenciones móviles fueron desafiados por el poder económico con remarcaciones de precios y desabastecimiento, ¿qué podemos esperar frente a un escenario de desaceleración económica? Quieren hacerse del poder para eliminar las retenciones, compensando de esa manera las menores ganancias extraordinarias producidas por la baja del precio de la soja y el petróleo. Proponen volver al FMI, con la utópica intención de recrear su añorada convertibilidad, a pesar del escenario de total derrumbe de los mercados financieros internacionales. Buscan aprovechar la crisis para disciplinar a los trabajadores imponiendo despidos y bajas de salarios.
* Economistas e investigadores del Cemop (Fundación Madres de Plaza de Mayo). [email protected] y [email protected].
El Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas es un nuevo proyecto de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Para las Madres resulta claro que existe una disputa permanente con los factores del poder económico concentrado, que intentan impedir la consolidación de un modelo de país igualitario y con justicia social, donde los argentinos puedan satisfacer sus necesidades y desarrollar todo su potencial creativo que esté articulado con las transformaciones que se están llevando a cabo en Latinoamérica. Y que esa disputa se da en el campo de las ideas.
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