Tribunales de Alemania y Francia fallaron a favor de la Argentina en demandas iniciadas por fondos buitre para capturar bienes del Estado en esos países. La Justicia retrotrajo en ambos casos decisiones de primera instancia que habían sido favorables a acreedores que rechazaron el canje de deuda de 2005. De este modo, las cuentas quedaron liberadas de los embargos iniciales.

Un juez de la Corte de Hamburgo, en Alemania, procedió a revocar un fallo del 25 de marzo pasado, por el cual se bloqueaban los fondos que las empresas multinacionales con filiales en Argentina deben liquidar al Estado en concepto de impuestos. El fallo original respondía a los juicios de los holdouts, que ahora en consideración de la Corte de Hamburgo no tiene sustento porque el juez que había ejecutado la medida carecía de jurisdicción internacional. La Corte explicó que los impuestos tienen jurisdicción en el territorio soberano del Estado de origen, en este caso la Argentina.

También se levantó el embargo a fondos argentinos en Francia, que habían sido bloqueados el 3 de abril pasado, a partir del juicio del fondo buitre NML-Elliot. La Corte francesa anuló el embargo sobre los fondos nacionales, cuyos destinos eran, entre otros, la embajada argentina, la delegación ante la Unesco, la Casa Argentina, la Agregaduría de Defensa y la Oficina de Turismo. Las cuentas argentinas en Francia se habían conseguido congelar según un “embargo cautelar por deuda”. En respuesta, Cancillería había criticado fuertemente el hecho, asegurando que el mismo gobierno francés había calificado como “ilegal” el embargo de la Justicia.

El fondo NML-Elliot fue el mismo que el año pasado había solicitado el embargo de los fondos de las ex AFJP invertidos en Estados Unidos. Al reaparecer su acción en París, la firma había remarcado: “Mientras el gobierno argentino desdeñe sus obligaciones hacia nuestra firma, NML continuará persiguiendo todos los medios legales por todo el mundo”.

Los holdouts son tenedores de bonos que no entraron al canje de deuda propuesto por el gobierno de Néstor Kirchner en 2005 y en su gran mayoría pertenecen a fondos buitre, dedicados a la especulación financiera. Estos bonistas mantienen demandas judiciales por la deuda en default. Serían alrededor de 700 litigantes y se estima que tienen en su poder una cuarta o quinta parte de la totalidad de la deuda que no fue canjeada, que rondaría los 20.000 millones de dólares. Esta vez su jugada en Alemania y Francia no prosperó.