Sáb 27.06.2009

ECONOMíA  › LA ARGENTINA PARTICIPA DEL MáXIMO óRGANO DE CONTROL FINANCIERO

En el club de los reguladores

Pese a las advertencias de sectores del establishment sobre que el país “está fuera del mundo”, el Banco Central se suma desde hoy a las sesiones de Basilea II, donde se discute la nueva arquitectura financiera internacional.

› Por Cristian Carrillo

El máximo órgano regulador de los mercados financieros mundiales comienza este fin de semana una serie de encuentros para modificar los controles del sistema. Se trata del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), al que la Argentina fue invitado para conformar su nuevo directorio. Pese a las críticas que recibe el país de parte de sectores del establishment por el manejo económico, los más altos referentes de la arquitectura financiera internacional solicitaron la incorporación del Banco Central argentino en la discusión de los estándares del futuro marco regulatorio, denominado Basilea II. La Argentina también integra el selecto Grupo de Presidentes y Jefes de Supervisión Bancaria, que depende del BIS. Un mayor requisito de capital para las entidades que tomen riesgo en moneda extranjera, el desarrollo de mercados financieros domésticos y la obligatoriedad de que los bancos apliquen previsiones de incobrabilidad son los tres giros fundamentales que pretenden ponerse en discusión durante el encuentro, según adelantó a Página/12 un importante funcionario del Central.

La Argentina pretende sacar chapa de su buen desempeño en el contexto actual, que le valió la incorporación al Comité de Presidentes de Bancos Centrales, el máximo escalafón de control del BIS. “En la carta en la que invitan a la Argentina a sumarse se valora nuestra experiencia en el manejo del descalce de monedas, que no hubo en los países de Europa del Este, y en los requisitos de capital; y eso es lo que pensamos aportar”, afirmó el funcionario. Por primera vez la representación argentina ocupa un cargo de relevancia en este organismo financiero internacional. En junio del año pasado, el directorio del BIS aprobó la incorporación a través de la figura del titular del Banco Central, Martín Redrado, como miembro de la institución que integran los países más de-sarrollados del mundo.

La Argentina se convirtió en un representante más del continente junto a Estados Unidos, Canadá, México, Brasil y Chile, dentro del Consejo de las Américas. Este consejo asesorará al Directorio y al staff en todo lo relacionado con las actividades y servicios del BIS en la región. Luego, a principios de año, y por iniciativa del G-20, se creó el Consejo de Estabilidad Financiera, que funciona en el ámbito del FMI, del que también forma parte la Argentina. Este departamento regulará y supervisará a todas las instituciones financieras, instrumentos y mercados importantes a nivel sistémico.

De todos modos, la mayor sorpresa para el Gobierno fue haber recibido de parte del titular del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, una carta de puño y letra con una invitación para que Redrado integre el Grupo de Presidentes y Jefes de Supervisión Bancaria que debe monitorear a la Comisión de Supervisión Bancaria del BIS. En la misiva, el banquero galo realizó una valoración de la experiencia del Banco Central argentino en el manejo del descalce de monedas y requisitos de capital en la actual crisis. “También se destaca la generación de mercados en moneda doméstica que impulsó el país como barreras de contención contra la crisis”, dijo el funcionario. El Comité congrega también a los banqueros centrales de Brasil, India, Arabia Saudita, China, México, Sudáfrica e Indonesia.

La propuesta que planteará la Argentina en las sesiones de este fin de semana contempla la posibilidad de que exista descalce de monedas, pero se pedirá que haya requisitos de capital más altos. “Si un banco toma riesgo, que no lo pase a los consumidores”, detalló la fuente. Se pondrá a debate el desarrollo de mercados financieros domésticos y el avance de acuerdos de facilidades recíprocas de monedas, o swaps cambiarios, para reducir la curva de tasas. Estos instrumentos permiten depender menos de otras monedas y así evitar los riesgos de tipo de cambio. Esta visión es compartida por los países desarrollados, con lo que se espera un buen grado de aceptación. Con la experiencia local como corolario, Redrado expondrá la necesidad de implementar provisiones dinámicas. Esto significa que los bancos deberán asentar en sus balances previsiones de incobrabilidad que, si bien harán reducir sus márgenes de rentabilidad, permitirán amortiguar los efectos negativos en momentos adversos. “Es una especie de colchón para las épocas de crisis”, argumentó la fuente.

En el Central advierten que los actuales estándares de regulación no son suficientes y que se precisa un rediseño profundo del sistema financiero. De hecho, el marco regulatorio Basilea II se implementará en el país, pero con algunas salvedades que pretenden que se generalicen. “Nosotros vamos a ir a plantear que se evite el carácter procíclico que plantea Basilea II. Sucede que cuando aumentan los riesgos, Basilea II no genera los colchones de liquidez para prestar, por ejemplo, a las pequeñas y medianas empresas”, afirmó el funcionario.

En el entorno de Redrado se mostraron algo escépticos respecto de los cambios que pretende introducir el presidente estadounidense Barack Obama en la regulación de los mercados en ese país. Sin embargo, reconocen avances en materia de cuidado de los consumidores.

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