Las reservas del Banco Central recibirán una inyección de unos 2500 millones de dólares, sin contraprestación alguna. Esto es porque el directorio ejecutivo del FMI respaldó ayer la asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) por un monto equivalente a 250.000 millones de dólares, tal cual se había comprometido a hacer durante la última reunión del Grupo de los 20 realizada en Londres. Según indicó el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, “el objetivo es aportar liquidez al sistema económico mundial mediante la complementación de las reservas de divisas de los 186 países miembros”. A partir de esta ampliación, Argentina recibirá unos 2500 millones de dólares en DEG, que figurarán en las reservas del Central. Además, en caso de requerirlo, el Tesoro podría cambiarlos con los países emisores de las monedas que conforman los DEG (Estados Unidos, Europa, Japón e Inglaterra) a modo de un crédito internacional, pero pagando una tasa de interés mínima y sin condicionamiento alguno del FMI.

Las cuotas de los países socios del Fondo están medidas en DEG, los cuales están constituidos por una canasta de monedas que incluyen al dólar, el euro, el yen y la libra. Una ampliación de estos derechos eleva las cuotas de los países miembros. Como Argentina tiene una participación aproximada del uno por ciento dentro del FMI, la ampliación de DEG en 250.000 millones redundará para el país en unos 2500 millones de dólares.

“Este es un mecanismo de financiamiento que surgió como consecuencia de la crisis internacional. Estos derechos pasarán a engrosar las reservas del Banco Central, aunque también una posibilidad que surge a partir de estas emisiones sea pagar servicios de la deuda”, indicaron a Página/12 desde la entidad que conduce Martín Redrado.

Esta última posibilidad fue mencionada ayer por el propio ministro de Economía, Amado Boudou. “Esto lo que hace es reforzar la solvencia fiscal y la posibilidad de utilización de estos derechos, lo cual no implica mayor endeudamiento, sino recibir lo que nos corresponde”, explicó el ministro, durante una conferencia de prensa. Además confirmó que hay países interesados en adquirir los DEG correspondientes al país, con lo cual, si el Gobierno quisiera, podría transformarlos en efectivo a corto plazo. El costo sería reducir la cuota de Argentina dentro del Fondo.

La ampliación de los Derechos Especiales surge de los aportes que hacen los países que integran la canasta de monedas (EE.UU, Europa, Japón e Inglaterra), que a su vez son los que tienen una mayor participación dentro del FMI. Por eso, los más beneficiados de esta ampliación serán los países desarrollados. A los tres primeros accionistas del FMI se les atribuiría un total de 73.300 millones de dólares, de los cuales 42.900 millones son para Estados Unidos, 15.400 millones para Japón y 15.000 millones para Alemania. “La mayor cantidad de DEG va para países que no lo necesitan”, aseguró a este diario un funcionario argentino con despacho en Washington.

Según comunicó la entidad que lidera Strauss-Kahn, “los mercados emergentes y los países en desarrollo obtendrán casi 100.000 millones de dólares, de los cuales más de 18.000 millones serán para los países de más bajos ingresos”, aclaró el Fondo.

“Cuando para un país determinado están cerrados los mercados privados de crédito, los DEG funcionan como un mecanismo de financiamiento, cuya tasa de interés es muy baja y no tiene los condicionamientos típicos del FMI. Por eso, durante mucho tiempo no hubo nuevas emisiones de DEG”, agregó a Página/12 el funcionario con asiento en la capital norteamericana.

Esta decisión del directorio ejecutivo del FMI tiene que ser refrendada por el 85 por ciento de los votos de la Junta de Gobernadores de la entidad. La votación debería finalizar el próximo 7 de agosto y la asignación de los DEG debería concluir el 28 de ese mismo mes. Todos los ojos están puestos en la próxima reunión del G-20, que se realizará en septiembre en Pittsburg, Estados Unidos. “Sería una muy mala señal política llegar al próximo encuentro sin nada concreto por parte del Fondo”, afirmaron a este diario desde el Central.

Junto con los DEG, en el último encuentro del G-20 también se habló de la posibilidad de que el FMI incremente su capital, con el aporte de todos los países miembros. Ayer el Fondo comunicó que “se está en el proceso de obtener nuevos recursos, por un total de 750.000 millones”, para prestar a quien necesite, aunque, en este caso, pudiendo imponer condicionamientos de política económica.