Carlos Bulgheroni, socio local en Pan American Energy, partió hacia Londres –escala en su viaje a Moscú– antes del último fin de semana con la seguridad de haber logrado su cometido: postergar en no menos de dos meses la puesta en vigencia del impuesto a las exportaciones petroleras. Así se lo requirió al ministro Jorge Remes Lenicov con respuesta favorable, según aseguró a otros empresarios del sector. Alfonso Cortina, presidente de Repsol YPF, no quedó muy convencido: el mismo día de aquella partida levantó su teléfono desde Madrid para comunicarse con el presidente Eduardo Duhalde. En el primero contacto directo entre ambos le reclamó que reconsiderase el tema que, según refirió, dañaría gravemente la rentabilidad de la empresa en el país y la propia imagen del titular de la petrolera ante los accionistas. La respuesta no habría sido muy satisfactoria para el empresario español, pero hubo promesas de seguir las conversaciones. Mientras tanto, Economía sigue dudando de si podrá contar con los recursos del impuesto petrolero para encontrar una salida al problema del corralito.
La madeja en que se ha convertido la aplicación de la retención a las exportaciones petroleras es casi tan complicada como la del corralito mismo. Senadores y diputados justicialistas incluyeron el tributo en la ley de Emergencia Pública para compensar a los bancos por la pesificación de créditos hipotecarios, prendarios y personales en dólares. Las petroleras pusieron el grito en el cielo y anticiparon violentan caídas de las exportaciones de crudo porque varias áreas dejarían de ser rentables. Y con menor producción, las provincias perderían regalías. Así sumaron a las provincias petroleras en la presión contra el Gobierno.
Las petroleras propusieron un pago adelantado, por única vez, del impuesto, que entusiasmó a algunos en el gobierno pero irritó a otros que consideraron que las empresas estaban buscando eludir el tributo. Finalmente, las petroleras se fijaron a sí mismas, como objetivo de mínima, demorar en dos o tres meses la aplicación del impuesto. Con las tres semanas que lleva el decreto reglamentario del gravamen en el freezer, podría decirse que van logrando su objetivo.
En los once minutos que llevó el contacto telefónico entre Cortina y Duhalde, según mencionaron fuentes españolas a este diario, sólo hubo una alusión tangencial a la escandalosa designación del director por el Estado en Repsol, Raúl Palacios, que debió dejar el cargo apenas un par de horas después de intentar hacerse cargo. La conversación se centró en la rentabilidad y el flujo de dividendos de la empresa en los próximos años. Cortina, según comentó una fuente altamente confiable en Madrid, señaló su preocupación por las dificultades que le acarrearía una retención del 20 por ciento sobre las exportaciones argentinas de crudo. Duhalde, en tanto, se excusó por la necesidad de “pedirle un sacrificio” al sector petrolero, pero le señaló que no podía volverse atrás al tratarse de un rubro con fuertes tasas de ganancia en los últimos diez años. El tema no se cerró, y ambos prometieron continuar las conversaciones. Durante el fin de semana, un enviado del titular de Repsol habría visitado a Duhalde en Olivos.
Que el tema del director por el Estado en Repsol no haya ocupado un espacio más destacado en la conversación entre el empresario español y el mandatario argentino se debe, principalmente, a que su sola mención causa molestias en ambas partes. Representantes del Banco Bilbao Vizcaya –del que es oriundo Cortina–, accionista de Repsol, habrían gestionado ante el secretario de Finanzas, Lisandro Barry, la designación de un director “no irritativo”, pero la operación terminó en un escándalo que descolocó a los banqueros-petroleros. El gobierno tampoco zafó del bochorno, aunque hizo recaer la responsabilidad en Barry. El funcionario le presentó el viernes la renuncia a Remes, pero éste se la rechazó. Alfredo Tempone irá al lugar en el Directorio de Repsol que Palacios no llegó a ocupar, pero sudesignación se formalizaría no antes de diez días, para cuando se espera que baje la temperatura.