ECONOMíA › EL TITULAR DEL ORGANISMO ANTICIPó QUE ARGENTINA VOLVERá A ACEPTAR LA REVISIóN DE SU ECONOMíA
Dominique Strauss-Kahn reveló que en conversaciones recientes con la Presidenta y con el ministro de Economía se dio “un buen paso adelante” para normalizar relaciones. En el Gobierno afirman que no aceptarán condicionalidades ni consejos del Fondo.
› Por David Cufré
Después de tres años sin contactos, la Argentina volverá a aceptar la revisión anual de su economía por parte del FMI. Eso no significa tolerar recomendaciones ni comprometer la autonomía en el manejo de la política económica, según se esfuerzan en aclarar fuentes del Gobierno. La decisión todavía no fue comunicada de manera oficial, pero el director gerente del Fondo Monetario, Dominique Strauss-Kahn, hizo ayer un adelanto bastante elocuente. “Tuve conversaciones recientes con el ministro (Amado) Boudou y con la presidenta Cristina Kirchner y creo que habrá un muy buen paso hacia adelante. Sé que en el futuro cercano seremos capaces de retomar una relación normal con la Argentina”, reveló desde Turquía, en la tradicional conferencia de prensa previa al inicio de la asamblea anual del organismo.
“¿Usted cómo sabe que no van a hacer el artículo IV?”, dijo Strauss-Kahn cuando le preguntaron por qué el Gobierno rechaza esa instancia. El artículo IV del estatuto del FMI establece que todos los países miembro deben aceptar una vez al año una auditoría de su economía. Esa revisión debería quedar acotada a cuestiones macroeconómicas, pero en los hechos el Fondo la ha utilizado para colar sus opiniones sobre cómo debería actuar el país en una amplia variedad de temas. Por ejemplo, bajo la muletilla de que debía generarse una política sustentable, el FMI intentó condicionar al gobierno de Néstor Kirchner y forzarlo a un arreglo desventajoso con los acreedores en default. La solución que encontró aquel gobierno para terminar con esa práctica fue pagar por anticipado los 10 mil millones de dólares adeudados y clausurar de ahí en más las visitas del “artículo IV”.
Ahora, en otro contexto económico, el gobierno de Cristina Fernández decidió retomar el vínculo. El objetivo es “normalizar” el escenario financiero. Se busca una baja de las tasas de interés y una reactivación del crédito interno y, al mismo tiempo, generar las condiciones para volver a conseguir financiamiento en los mercados internacionales. Por la misma razón se avanza en las negociaciones para salir del default con el Club de París y en la reapertura del canje de deuda a los bonistas que rechazaron la reestructuración de 2005. Esas señales a los mercados no debilitan la intervención del Estado en la economía, afirman en el Ministerio de Economía para matizar el giro ortodoxo.
Strauss-Kahn aprovecha la movida para recuperar espacios para el FMI. El organismo estaba en su peor momento de desprestigio cuando estalló la crisis en Estados Unidos y lo rescató. La “vuelta” de Argentina a las revisiones del artículo IV es un punto a su favor. “Mi deseo es que pronto podamos reanudar una relación normal”, declaró ayer el titular del Fondo. “Esta será la última vez que me podrán preguntar sobre el tema”, siguió, en su respuesta sobre la negativa argentina –hasta ahora– al artículo IV.
Boudou tiene pautada una entrevista con Strauss-Kahn durante la asamblea del FMI, que empieza hoy y se extiende por tres días. El presidente del Banco Central, Martín Redrado, también se reunirá con el francés. La condición del Gobierno para volver a una relación fluida con el FMI es que no se entrometa en aspectos internos. “Habrá sólo un intercambio técnico”, sostuvo la semana pasada el ministro de Economía. La aspiración de máxima de las autoridades es que la auditoría se realice sin la presencia de una misión técnica del Fondo en el país, remitiendo todos los documentos que soliciten por medios electrónicos. El Gobierno no quiere una recorrida de los delegados del organismo como ocurría en el pasado, cuando mantenían entrevistas con banqueros, industriales y economistas. “Hay que eliminar el show”, resumen en el Palacio de Hacienda.
Boudou también dejó en claro que no habrá pedidos de ayuda financiera al Fondo. Es decir, no se firmará ningún programa que suponga desembolsos. Lo que quiere el Gobierno es conseguir el “pase” para facilitar la negociación con el Club de París. Esta entidad exige que antes de buscar cualquier acuerdo con sus deudores, éstos deben haber pasado por el FMI. Argentina se rehusó durante largo tiempo, pero ahora lo aceptará bajo las condiciones expuestas.
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